
EL INQUILINO. Leonardo Espinal
Llegué a casa mucho más tarde, hambriento, y hastiado de lo usual, por lo que fui recibido por una inquietante cantidad de preguntas por parte de mi amada esposa apenas puse un pie en la sala principal; demasiadas para mi gusto. Por lo tanto, decidí ignorar sus interrogantes por completo y en cambio me acerqué … Continuar