
Es madrugada. No ha dejado de llover y me levanto para hacer un café, aunque el amanecer aun no llega. Me acompañan la soledad de los sillones, algunos pensamientos del día anterior y propósitosque tengo pendientes. También acuden a mi mente –al recorrer con la vista este escenario cotidiano— resonancias de nostalgias y alegrías: un … Continuado