I Humo y silencio todavía equivalen: sollozo inminente y rugido de esta ciudad que nunca cambia ni perdona, frontera intraducible de retraso, de emboscada y locura. Pero he decidido otorgar a mi batalla un sosiego llameante, la espera prodigiosa de cuanto yace entre las nubes. No ha cesado mi desafío, solo difiere: ahora … Continuado