
OBITUARIO PARA UNA TIERRA BALDÍA. Elidio La Torre Lagares El asunto es que el cadáver, como en el poema de Vallejo, ahí sigue muriendo. Ayer. Hoy. Mañana. Así lo vio el reverendo, el reverendo Pietri. Pedro. La piedra. En su militancia -en su poetancia- supo siempre quién era el enemigo. Esperando por el jardín del … Continuado