Domingo por la mañana. Por fin la luz. Venturoso día primaveral que rompe el maleficio del frío. Uno de esos que obligan a contemplar el cielo aunque no haya nada que esperar. Un acto reflejo para muchos, no para ella. -¿Eres tú Nef? –La interpelada asiente.─ Te hubiera reconocido entre un millón. Me encanta tu … Continuado