Cuando ya estuve en condiciones de volver a salir a la calle, tuve que adaptarme a nuevas mecánicas, y debo reconocer que aunque puse un gran esfuerzo de mi parte, el hecho de viajar en ómnibus había comenzado a gustarme, por eso iba seguido a la casa de tía Celina. Trataba de ocupar un asiento … Continuado