
Los seminaristas Marchan por la Calle Obispo/ bajo el látigo inclemente del verano. Tras las raídas sotanas se vislumbra el sexo de los hombres que deben consagrarse al pudor, la castidad y la doctrina. Rozan cadenciosas las rústicas sandalias adoquines que tantas veces vieron cruzar la misma ceremonia. Como una impúdica … Continuado