DENTELLADA. Giovanna Rivero
El sonido de las tablas de los skaters al raspar la acera de enfrente lo estaba matando. Sabía que era inútil llamar a la Policía porque la ciudad era literalmente tierra de nadie y porque, en todo caso, ese grupo interracial de yonkis no tenía la culpa de su irrevocable migraña. Quizás debía tomar otro … Continuado