CRISTINA. Eduard Reboll
Estaba unida a ella en lo más nimio. Desde la piel misma que sentía cuando acariciaba sus manos llenas de vida, hasta su forma firme y directa en sus gestos cuando me daba órdenes. Bastaba una vaso corto de tequila Don Julio para iniciar un diálogo. Y a veces, hasta un marlboro que compartimos -…como … Continuado