
Sentado en el banco del jardín, sintiendo una plenitud inexpresable, dialogo con mi hermana. O quizás ella dialoga conmigo. Mi mirada se posa en el horizonte del patio, centrada en el vértice que conforman las dos hileras de verjas, una especie de compás que separa la morada de la vastedad del mundo. Mi mirada se … Continuado