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Febrero 2024

In Memoriam, Goran Petrović. Marycarmen Aparicio

Lo conocí como se conocen algunas de las cosas que más valen la pena en la vida: por casualidad. Parada ante los libros de la sección de literatura Universal buscaba algo nuevo que leer y tomé La mano de la buena fortuna entre mis manos. Nunca leo la contraportada por que tengo la creencia de que los libros te llaman para pertenecer a la historia de tu vida, sólo tienes que poner mucha atención para escucharlos.

Petrović entonces le habló a mi alma y me sumergió en su mundo mágico de la “lectura total” donde los conceptos de Wolfang Iser sobre la obra abierta dejaban de ser un concepto: la descripción de una apropiación lectora, para ser entonces palpitar en mis venas. Llenar los espacios en blanco de lo que el escritor no menciona, pero existe dentro del libro: los olores, el tacto. Sentir cómo me metía a los libros para borrar un jardín lleno de rosales o encontrar personas que leen simultáneamente la obra dentro del libro, operó en mí gracias a la magia esta literatura que me sacudió: “Los libros son como esponjas aparentemente de tamaño insignificante, el tejido alveolar poroso es capaz de absorber un sinfín de destinos, de alojar incluso pueblos enteros”(1).

Empecé a preguntar por él con mis amigos lectores, a investigar lo que pudiera en internet, pero ser un escritor de Europa del este leído en México, no es precisamente popular en nuestros tiempos. Leí entonces todo lo que Sexto Piso había traducido al español, pero lo dosifiqué, pues comprendía que para llegar a él no sólo se necesitaba la sensibilidad de disfrutar la literatura, sino también requería la apreciación de estar ante una obra de arte, una de perfecta sincronía casi melódica. No quería perderme de su grandeza, de su basta erudición y sentía que se me escapaban las metáforas eruditas sobre la guerra de los Balcanes y las pistas medievales de cartógrafos, navegantes y exploradores a caballo de sus historias que discurrían entre la linealidad de los tiempos en La iglesia de la santa salvación: “Aún la palabra más corta es más larga que la vida humana, y cuando algo es tan largo tiene tiempo para enredarse o romperse”(2). Goran fue para mí una puerta que, al entrar, me transportaba a una multiplicidad de lugares y de tiempos.

Pasé a Atlas descrito por el cielo, que se convirtió en la respuesta que doy cuando me preguntan cuál es mi libro favorito, decisión unánime entre mi mente y corazón. Esta historia narra la metáfora maravillosa de una casa sin techo donde ocurren todas las cosas que valen la pena en la vida: la amistad, el amor, la compasión, la aventura que es la vida llena de magia. Una lectura que recolecta 52 ingredientes para ocho amuletos contra todo mal y desgracia. Ojalá los tuviéramos para, con el círculo menor que crea la libélula en la superficie del agua, revivir a este escritor en un palmo del hilo de las nubes.

Diferencias es un libro que incluye parte de Bajo el techo que se desmorona y es una serie de cinco relatos a donde Goran nos traslada geográficamente a esa Europa del este que a nosotros los lectores latinos se nos muestra y se nos escapa: “Enjambres de partículas de polvo llenaban el aire. En los filos oblicuos de rayos solares, atravesados por las uniones de las celosías, podía verse con claridad cada corpúsculo”(3).

En Bajo el techo que se desmorona, Petrović nos dibuja una extinta Yugoslavia narrada en la estampa de un cine cuyo techo hace la alegoría al país en el momento de la muerte del mariscal Tito. Sus personajes, llenos de claroscuros y con una profundidad entrañable nos dibujan, quizá, un pedacito de mundo que representa a la humanidad: “No tuvieron hijos. Como si el Señor hubiese juzgado que tanto amor, en comparación con lo que poseía el resto de la gente, era absolutamente suficiente”(4).

Además de estos sies libros, Petrović prologó en una traducción al español, otras ediciones de Sexto Piso: una para el libro de Signos junto al camino de Ivo Andrić y otra para Milorad Pavić en Los espejos venenosos, ambas, una delicia en sí mismas para adentrarnos al mundo de la literatura Yugoslaba: “Todo transcurre adentro. Y desde dentro”(5).

La obsesión de Petrović con los objetos quedó para siempre anquilosada con su muerte en su proyecto de la novela más grande: la novela Delta que solo tuvo un tomo: Papel con sello de agua, última novela que presentó en Querétaro, México, en el Hay Festival en septiembre de 2023. Aquí, en una entrevista con Mariana H, narró su experiencia al estar en la Parroquia de San Miguel Arcángel en San Miguel de Allende, Guanajuato, la cual me permito parafrasear: Hubo un problema con mi entrada a la iglesia, que finalmente se resolvió. Ahí dentro vi a muchas personas tomando fotografías, entre ellas a una señora cuyo hijo jalaba su falda mientras ella estaba absorta en tomar fotografías de los techos. Si yo no hubiera podido entrar a esa iglesia y gozar la experiencia de estar ahí, le hubiera preguntado a ese niño, que jalaba la falda de su madre, cómo era la iglesia por dentro.

Al final, durante la firma de libros le dije: gracias a la grandeza de su traductora Duvravka Sužnjević, que cada vez que terminaba uno de sus libros lo abrazaba. Él me contestó —gracias al artificio de la traducción—: que si valía un abrazo por todos los libros… y me regaló un abrazo. Un gran escritor amable siempre con su público lector.

Su muerte deja un vacío irreparable para la Literatura Universal y, a la frase trillada de que el único y verdadero homenaje es leerlo, le agrego una reflexión de Borges referente al disfrute de la lectura: “La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”. Así, pues, sean felices y gocen lo que traspasa las fronteras de la vida y la muerte: la literatura.

1) Goran Petrović, La mano de la buena fortuna, Sexto Piso, p. 55.

2) Goran Petrović, La Iglesia de la santa salvación, Sexto Piso, p. 26.

3) Goran Petrović, Diferencias, Sexto Piso, p. 143.

4) Goran Petrović, Bajo el techo que se desmorona, Sexto Piso, p. 66.

5) Goran Petrović, “Prólogo”, en Ivo Andrić, Signos junto al camino, Sexto Piso, p. 13.

 

© All rights reserved Marycarmen Aparicio

Marycarmen Aparicio (CDMX, 1982): Máster en ciencias humanísticas por el ITESM. Forma parte como autora en la antología de Memoria de la distancia (2021) de Trazos Urbanos. Es autora de la novela Un solo mar (El diván negro, 2021); coescribió la obra teatral Diógenes (2016) con Tree Monkeys Teatro, bajo la dirección de Irma Hermoso, Luna;  formó parte en la antología Luna Nueva sobre Babel por Editorial AAGORHOD (2003). Ha dado conferencias de promoción a la lectura en diferentes foros empresariales y locales, buscando fomentar la cultura a nivel local.

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