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Agosto 2025

ALGUNOS CONCEPTOS ENCUBIERTOS EN DOS MANUSCRITOS EN FORMACIÓN. PARTE I Héctor Manuel Gutiérrez

 

En este verano del 2025, siento que desde algún lugar desconocido e inexplicable me ha caído una especie de avalancha cerebral, mientras me muevo entre incidencias familiares, responsabilidades laborales a nivel local y viajes programados. Son sucesos que se asoman a mi línea existencial, unas veces por compromisos de trabajo y otras por razones de placer.

 

Las obligaciones de la docencia, siempre ligados a mi ADN literario y a la vieja costumbre de leer y escribir, impunemente me roban merecidas horas de sueño. Por esta razón, una vez más aprovecho agradecido la libertad temática que me brinda la «Revista Nagari».

 

Esta contribución no busca dar rienda suelta a mis inquietudes creativas o a mi afán de entrevistar a personalidades destacadas en la cultura. En realidad, hoy me mueve el impulso de repasar algunos conceptos utilizados en mis clases de literatura. Éstos son aplicados con bastante frecuencia, en mi oficio como lector y corrector oficial en las sesiones de lectura de crítica literaria para estudiantes de escuelas secundarias y universidades. El efecto psicológico que me afecta, lo he bautizado con el nombre de «Lunitis Aguda». Esta vez me ha sorprendido mientras me sumerjo en la aventura de concebir y «formatear» sendos manuscritos para dos próximos libros, como certeramente sugieren mis datos biográficos.

 

Me place y me alivia compartir algunas ideas que furtivamente se acomodan en los textos que me esclavizan en esta «actualidad del Siglo XXI que se mueve y transforma con extraña rapidez e intensidad.

 

Debo adelantar públicamente, que los conceptos que aquí comparto no son producto de mi imaginación. En realidad, son guías sólidas oficialmente establecidas en enseñanzas que, no sólo digiero y utilizo al impartir mis clases, sino que las aplico con asiduidad en la intensa concentración a que me obliga mi peculiar instinto académico.

 

Me place y me alivia compartir algunas ideas furtivamente acomodadas en los textos guías sugeridos u obligados por manuales de enseñanza. Con genuino amor, entusiasmo y respeto, oficialmente las plasmo y dejo a la disposición de los lectores:

 

CRÍTICA LITERARIA

 

«La crítica literaria es, en términos de la ciencia humanística, una de las tres disciplinas de la ciencia de la literatura, aquella que desempeña una función dominantemente aplicativa sobre los textos, a diferencia de la teoría literaria y la historia literaria, si bien también existe una muy desarrollada ‘teoría de la crítica’ que epistemológica y metodológicamente fundamenta o propone la elaboración de la crítica directa o aplicada.​ La crítica literaria, que de manera natural se relaciona con la retórica, la poética y en general la teoría literaria, consiste propiamente en el ejercicio de análisis y valoración razonada de la literatura o de una o varias obras literarias. También se entiende por crítica literaria en sentido divulgativo o sobre todo periodístico la presentación, discusión o toma de partido acerca de una obra literaria en un medio de comunicación escrito, o también audiovisual».

 

«Es una disciplina y una actividad característicamente occidental, de origen griego, ligada a lo que suele denominarse humanismo filológico y, por otra parte, a la antigua historiografía y a la moderna filosofía del juicio. Se considera que la crítica nace ya grande, de igual modo que esto se entiende de la retórica o la poética en lo que se refiere sobre todo a los tratados aristotélicos. Su principal creador es Dionisio de Halicarnaso, ya un virtuoso, entre otras cosas, del análisis estilístico, y creador del método comparatista».​

 

«La cultura del Renacimiento y del humanismo renacentista dominantemente integró la crítica literaria en el quehacer más general e intenso de la filología, o bien de la retórica o las exégesis poeto-lógicas del Quinientos y la crítica textual, nuevamente desarrollada como medio de recuperación del patrimonio clásico antiguo.​ La evolución manierista, y sobre todo la égida del Barroco, significó una apertura hacia fórmulas polémicas y de debate, peculiarmente en España, que de algún modo anuncian predisposiciones modernas. El siglo XVIII habría de significar, por su parte, al margen del remanente racionalista y neoclásico de la crítica concebida a partir del pensamiento ilustrado dogmático y su binomio verdad/error, tanto la aparición de la moderna prensa periódica y sus nuevos y agitados avatares críticos como el desarrollo de un pensamiento verdaderamente innovador a manos de la Ilustración y el Idealismo alemanes, entendidos ambos en amplio sentido y en correspondencia con la creación de la nueva historiografía y de la estética como disciplina autónoma».

 

«Durante el siglo XX la crítica literaria tuvo un ingente y complejo desarrollo, en medida importante condicionado por la dispersión de la estética, el dominio de la lingüística y, con ésta, los nuevos positivismos estructurales y formalistas, frecuentemente de elaboración ahistórica y al margen de la tradición humanística. Las evoluciones y nuevas implantaciones de los sociologismos, relativismos y nuevas formas del nihilismo contemporáneo, puede decirse que dieron fin al gran ciclo estructural y formalista que caracterizó progresivamente el siglo XX. Todo ello ya ha sido sometido a análisis y a fuerte crítica. Sea como fuere, se trata de una época de extraordinaria producción crítica en diversos sentidos y entre cuyas grandes aportaciones se encuentran aquellas por completo ajenas a las modas y corrientes dominantes. En este sentido es de considerar un buen número de personalidades intelectuales de primer orden en los campos contiguos de la filosofía, la filología y la literatura, entre ellos, Theodor Adorno, Erich Auerbach, Walter Benjamin, Benedetto Croce, Ernst Robert Curtius, José Lezama Lima, Alfonso Reyes, Paul Valéry o Karl Vossler».

 

Con la esperanza de que los lectores capten mi particular aplicación de ciertos conceptos en los escritos que comparto en ésta y otras plataformas, visitaré el resto de las nociones académicas en la Parte II de mi exposición.

 

Quod scripsi, scripsi.

 

FIN PARTE I [Continuará].

 

© Héctor Manuel Gutiérrez. Derechos reservados.

Héctor Manuel Gutiérrez, Ph.D., es instructor de español avanzado y literatura hispana. Funge como Lector Oficial de Literatura y Cultura Hispánicas en el programa de evaluación superior Advanced Placement, College Board/ETS. Colaborador mensual de la revista musical «Latin Beat», Gardena, California. Miembro/fundador de la revista literaria «La huella azul», FIU, Miami, Florida. Editor de contribuciones, «Revista Poetas y Escritores Miami», Miami, Florida. Colaborador «Revista Suburbano», Miami, Florida. Colaborador/ columnista, «Nagari Magazine», Miami, Florida. Colaborador «Linden Lane Magazine», Fort Worth, Texas, Colaborador, «Insularis Magazine», Miami, Florida. Es autor de los libros: Cuarentenas, Cuarentenas: Segunda Edición, Cuando el viento es amigo, Dossier Homenaje a Lilliam Moro, De autoría: ensayos al reverso. Les da los toques finales a «Encuentros a la carta: entrevistas en ciernes», a publicarse en 2026, «La utopía interior: estudio analítico de la ensayística de Ernesto Sábato», a publicarse en 2026, y la novela «El arrobo de la sospecha», a publicarse en 2027.

 

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