1
La casa agoniza.
Está tan sola,
tan vieja,
tan enferma.
Ante la indiferencia
la casa se nos muere
como una humilde flor de campo.
Todo se acaba:
familia, amigos, sueños, amores.
2
Del fondo del cuerpo
viene un grito de dolor.
La mirada postrada
oscurece el alma,
inundándola
de tristeza, de ira, de llanto.
Entonces
la razón naufraga
en la tiniebla y la confusión.
3
Con el ánimo triste
te hundes en una silla.
Temes enfrentar
a la oscura bestia insaciable.
Vives sin fe, sin amor, sin esperanza.
Quieres correr, correr.
La angustia, hija del diablo,
y la codiciosa maldad te han dejado
en la miseria.
Y en la sombra de un cuarto,
te regodeas
en tu ominosa soledad
y en tu ensordecedor silencio,
más muerto que vivo.
4
En vano me esforzaba
por entender tu mal carácter
forjado por el odio para destruir.
Desde muy temprano
te levantabas a insultar,
a golpear,
a amenazar con quitarte la vida.
A pesar de todo
eras mi refugio
cuando por las noches
los miedos falsos me asaltaban.
Y este pequeño recuerdo
me basta para perdonarte,
y soltar el lastre sobre mis hombros,
y empezar a vivir sin miedo.
© All rights reserved Rafael Ayala
Rafael Ayala (Venezuela, 1988). Poeta y escritor. Licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura por la Universidad Simón Rodríguez. En 2013 fue invitado al XI Encuentro Internacional de Poesía de la Universidad de Carabobo. Y en 2017, junto al poeta Mario Martín Gijón, elaboró el dossier de literatura venezolana para la Revista Quimera. Actualmente está escribiendo su primer libro de cuentos.