saltar al contenido
  • Miami
  • Barcelona
  • Caracas
  • Habana
  • Buenos Aires
  • Mexico

Junio 2023

VITRAL DE MUJER SOLA Y OTROS POEMAS. YOLANDA PANTIN

Vitral de mujer sola

Se sabe de una mujer que está sola

porque camina como una mujer que está sola

Se sabe que no espera a nadie

porque camina como una mujer que no espera a nadie

Esto es

se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos

Se sabe de las mujeres que están solas

cuando tocan un botón por largo tiempo

Las mujeres solas no inspiran piedad

ni dan miedo

si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda

se aparta por miedo a ser contagiado

Las mujeres solas miran el paisaje

y se diría que son amantes

de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo

de los subterfugios

Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles

les da igual porque para ellas es lo mismo

Las mujeres solas recitan parlamentos

estoy sola

y esto quiere decir que está con ella

para no decir que está con nadie

tanto se considera una mujer sola

Las mujeres solas hacen el amor amorosamente

algo les duele

y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor

Estas mujeres se alumbran con linternas

van al detalle

saben dónde se encuentra cada cosa

porque temen seguir perdiendo

y ya han perdido o ganado demasiado

Ellas no lo saben

porque van del llanto a la alegría

y a veces piensan en la muerte

También planean un largo viaje e imaginan encuentros/ posibles

administran el dinero

compran legumbres

trabajan de 8 a 8

Si tienen hijos hacen de madres

son tiernas y delicadas

aunque muchas veces se alteren

un pensamiento recurrente es

ya no puedo ni un minuto más

Las mujeres solas tienen infinidad de miedos

terrores francamente nocturnos

los sueños de tales mujeres son

terremotos catástrofes sociales

Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata

llevan el mismo cuello airado

lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas

esto es completamente falso

Lo cierto es que la casa de una mujer sola

está abierta a su antojo

Una mujer sola

no puede curar su soledad

porque nada está enfermo

se remedia lo curable

una gripe o un dolor de estómago

La mujer que piense que su soledad es curable

no es una mujer sola

es un estado transitivo entre dos soledades

infinitamente más peligrosas

Una mujer sola es una mujer acompañada

aunque de este hecho no se percate más que el zapato

al que mira con detenimiento

o el botón

que parece representar algo verdaderamente importante

como de hecho lo es

como los árboles o el cielo

sólo que el privilegio que deriva de semejante atención

es más bien propio de las almas temperadas al siguiente/ fuego:

id contigo

para estar con vosotros.

 

 

 

Nouvelle

A veces parecía indiferencia

ese andar por la casa, distante.

Nosotros conocíamos el habla

y el lenguaje también de las miradas: calla.

Hasta que una voz nos llamó:

“Vengan la cena está servida”.

Entonces nuestra madre nos saludaba

como si nos reconociera

y en la mesa ya sentados sonreía

para que no pensáramos que la habíamos perdido.

 

 

 

Frágil

La luz que cae sobre algo

para exaltar ese algo

que recibe la luz

y era nada, o poca cosa,

en la sombra, es un poema

y en segundos deja de serlo.

 

 

 

Opacidad

Aunque parezcan de vidrio

nuestros poemas no son diáfanos.

Tendríamos que nacer de nuevo

sin quebrarlos.

 

 

 

Invierno      

Todo es lejos en el frío. La llovizna

pasada la tormenta

que hizo

temblar las ventanas

y adentro,

como el niño

que ha llorado sin consuelo,

un querer decir.

 

 

 

Escribir

No hay ninguna

pretensión

en este intento,

si antes era así,

ahora

viene y queda

el gesto

igual a

cuando niña

dibujaba

por placer

y no dormía

hasta pintar

lo que pensaba

y era un mundo

que se hizo

con los años

garabato,

torcedura.

 

 

 

© All rights reserved Yolanda Pantin

Fotografía de Lisbeth Salas

Yolanda Pantin, nació en Caracas, Venezuela, en 1954. Estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello. Participó en la fundación del Grupo Tráfico y del Fondo Editorial Pequeña Venecia. Es autora de los poemarios: Casa o lobo (1981), Correo del corazón (1985), La canción fría (1989), Poemas del escritor (1989), El cielo de París (1989), Los bajos sentimientos (1993), La quietud (1998), El hueso pélvico (2002),Poemas huérfanos (2002), Épica del Padre (2002), País (2007), 21 caballos (2011), Bellas ficciones (2015),Lo que hace el tiempo (2017), El dragón protegido (2021) y Un año y unos meses (2022). Fue becaria de las fundaciones Rockefeller (1997) y Guggenheim (2004). Recibió el Premio Fundarte de Poesía en 1989, el premio Poetas del Mundo Latino «Víctor Sandoval» en 2015; el XVII Premio Casa de América de Poesía Americana en 2017 y el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca en 2020.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.