Carrer Nàpols
A vegades,
només cal un taxi i l’atzar
per remoure la pols dipositada
al fons dels anys,
abraçar el fantasma esvaït de la joventut,
traspassar la porta tancada,
recórrer els mobles afilerats a les parets,
els quadres que hi vam penjar
“una mica més amunt,
un xic més a la dreta”,
el tapís que presidia el saló
entre dues màscares africanes,
la persiana a mig aire,
la penombra embolcallant
el llit de metre trenta-cinc
que després fou de metre cinquanta
i més endavant de metre seixanta
per encabir la distància
que creixia entre nosaltres
Calle Nápoles
A veces,
sólo hace falta un taxi y el azar
para remover el polvo depositado
al fondo de los años,
abrazar ese tenue fantasma de la juventud,
traspasar la puerta cerrada,
recorrer los muebles enfilados en las paredes,
los cuadros que colgamos
“un poco más arriba,
algo más a la derecha”,
el tapiz que presidía el salón
entre dos máscaras africanas,
la persiana a medio aire,
la penumbra arropando
la cama de metro treinta y cinco
que después fue de metro cincuenta
y más adelante de metro sesenta
para encajar la distancia
que crecía entre nosotros.
Coses que mai (no) hauria d’haver fet:
desinfectar, amb mentides, la ferida oberta
escombrar la rancúnia sota l’estora
esbandir –tant com calgui– la memòria
suplicar temps a la vida
escurar els ossos de la mort
fer parracs amb les ombres del desig–
escriure obscenitats amb tinta invisible
per transcendir l’anècdota, inflar categories
abraçar arbres enmig de la multitud
visitar la cara oculta de la lluna
a l’alba, enyorar la nit
per fer drecera, separar les aigües roges del destí
escollir entre el bé possible i el mal necessari
…
Cosas que (quizás) nunca debería haber hecho:
desinfectar, con mentiras, la herida abierta
barrer el rencor bajo la alfombra
enjuagar –cuanto sea necesario– la memoria
suplicar tiempo a la vida
apurar los huesos de la muerte
hacer harapos con las sobras del deseo
escribir obscenidades con tinta invisible
para trascender la anécdota, inflar categorías
abrazar árboles en medio de la multitud
visitar la cara oculta de la luna
al amanecer, añorar la noche
para atajar, separar las aguas rojas del destino
escoger entre el bien posible y el mal necesario
…
Recomençar
Em rento les dents, orino, un glop d’aigua
i al llit ben colgat. Com cada nit.
Repetir és l’essència de la vida
–beure, menjar, fornicar, reposar–.
Tot el que és sublim i elevat s’hi sustenta.
I ara que he perdut l’amor, la gana i la son
camino amb el pas canviat,
funàmbul a peu pla pel pendent de la mort.
Però el barquer no em vol
i els cans em llepen les ferides.
Reprenc el camí mentre la nit badalla
i el temps es vincla sobre l’espai diminut
que ocupo, entre ara i adés,
sempre massa tard o massa d’hora.
Recomenzar
Me lavo los dientes, orino, un sorbo de agua
y a la cama bien arropado. Como todas las noches.
Repetir es la esencia de la vida
–beber, comer, fornicar, reposar–.
Todo lo sublime y elevado se sustenta en ello.
Y ahora que he perdido el amor, el hambre y el sueño
camino con el paso cambiado,
funambulista en llano por la pendiente de la muerte.
Pero el barquero no me admite
y los canes me lamen las heridas.
Retomo el camino mientras la noche bosteza
y el tiempo se curva sobre el espacio diminuto
que ocupo, entre ahora y después,
siempre demasiado tarde o demasiado pronto.
© All rights reserved Carles Ribó Casanovas

Carles Ribó Casanovas (Sorribes de La Vansa, 1963) estudió Filología catalana en la Universidad de Barcelona y toda su vida profesional se ha dedicado a la docencia. Catedrático de instituto, ha participado en la publicación de diversos libros de texto. Actualmente ejerce cargos en dos asociaciones culturales, El Laberinto de Ariadna y TintaStBoi. Lleva años escribiendo narraciones, aforismos y últimamente poemas. Cendra batuda pel vent, Premio Grandalla 2021 (publicado por Anem Editors), es su primera incursión en el mundo de la poesía.
Escritor en lengua catalana, ha traducido al castellano sus poemas con la inestimable ayuda del también poeta Ambrosio Gallego. Cendra batuda pel vent – Cenizas al viento nos habla de una ruptura sentimental desde la lejanía del recuerdo, cuando ya sólo quedan las cenizas al viento. De ahí el título del libro. Esta distancia temporal es la que permite al autor reflexionar sobre el dolor de la separación y los estados de ánimo que lleva aparejados (la rabia y la culpa, la tristeza y la soledad, la duda y la esperanza…) hasta que el corazón y la vida vuelven a sincronizarse, una vez pasado el duelo. En este trayecto vital que muchos han recorrido, la poesía tiene la capacidad de curarnos de los embates de la existencia, de ofrecernos refugio y consuelo.