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Noviembre 2025

JOAN MIRÓ Y LOS ESTADOS UNIDOS. Eduard Reboll

 

La Fundación Joan Miró de Barcelona cumple 50 años. Unos meses antes de que muriera el dictador Francisco Franco en España -bajo cierta cautela para evitar que las autoridades del régimen “oficializaran” el recinto- se celebró su apertura en presencia del pintor. Dentro de la organización, reside el CEAC (Centro de Estudios de Arte Contemporáneo); su función principal, es el encuentro entre artistas y sus temas innovadores con la ciudadanía del país. Josep Lluís Sert, amigo personal del creador, diseñó arquitectónicamente este espacio donde la luz natural y el racionalismo de sus líneas, dentro del edificio, combinan perfectamente con la representación estética en sus exposiciones. Las propuestas al uso que cada curador decide sobre las distintas áreas que ocupa el centro son de gran reconocimiento en la ciudad.

Miró y los EE.UU

 

En 1947 Miró decide viajar al continente americano. Su obra, de todas formas, ya era conocida desde la década de los años veinte. Dos retrospectivas en el Museum of Modern Art de Nueva York, en 1947 y 1959 ,dan a conocer la evolución de sus piezas en este país.

La exposición coproducida junto al comisario Mattew Gale, de la Phillips Collection de Washington, expone 138 piezas y basa su concepto en la cronología, sumándole el diálogo con múltiples artistas coetáneos de distintas generaciones, Balthus, Masson, Louise  Bourgeois, Duchamp, Tanguy, Rothko, Lee Krasner, la mujer de Jackson Pollock que dijo en 1944 hacia finales de la II Guerra Mundial: “Los dos genios españoles que más admiro en este momento son Joan Miró y Pablo Picasso”. Se valoró la manera formal de concebir sus temas bajo el color y la sencillez de sus figuras naturales, sabiendo la influencia adquirida bajo el surrealismo en su estancia de París antes que empezara la Guerra Civil Española en 1936. Allá conoció a Pablo Picasso en aquel Montmartre bohemio y lleno de solidaridad y entendimiento entre los artistas. Añadir, su estrecha relación con Alexander Calder que ya se decantaba por el arte móvil en sus esculturas. Y el arquitecto ya citado, Josep Lluís Sert que diseñó el Pabellón de la República al lado ded de la Alemania nazi. Y que más tarde, emigraría a EE.UU trabajando de profesor y decano en la Universidad de Harvard. En este mismo espacio, en los años 60, Miró instalaría un mural de cerámica en su fachada.

 

Se muestra su paso al campo escultórico, impresionado por “la energía y vitalidad del arte en EE.UU”, según sus propias palabras. La influencia del cine experimental de Maya Deren o Len Lye, donde el trazo en sí, era el protagonista de sus films. Su trabajo con el grabador Stanley William Hayter o lalabor en el gran mural de Cincinnati, pintando en el estudio del artista Carl Hotty en el barrio de Spanish Harlem. En aquella época, el pintor Barnett Newman escribió «En Nueva York ya ha aparecido un movimiento espontáneo de diversos artistas que están avanzando, a partir del concepto de Miró, hacia un nuevo campo de la abstracción subjetiva»

Peggy Guggenheim adquiere protagonismo cuando exhibe su colección de arte europeo y americano en la Bienal de Venecia de 1948 y lo incluye con la pieza El sol rojo. El vínculo Europa/América ya es un hecho en el artista reconocido internacionalmente.

       El sol rojo 1948

En los años 60 existe una revolución a lo largo de los dos continentes. El movimiento hippie subleva una manera de vivir y entender lo humano en los jóvenes de EE.UU. En contraposición un nuevo movimiento asambleario en Europa intenta romper con el establishment europeo de los partidos de izquierda dirigidos por la URSS. Posterior a su retrospectiva en el Museum of Modern Art of New York, su intervención corporal a partir de los dedos de sus manos, revelan una forma integrativa de sujeto y obra en su haber. Sus telas se extienden por el suelo y la revuelta lineal bajo la protesta, el “llanto” negro lineal, y la subversión del trazo: son un hecho en sus piezas cuando intenta justificar los acontecimientos que ocurren en la capital de Francia.

Mayo 1968

 

 

 

 

Podemos encontrar obras de Joan Miró en los EE.UU en…

 

En la Fundación Joan Miró de Barcelona se guarda un pieza escultórica que fue inaugurada en el Brunswick Plaza de Chicago. Una obra de estructura de acero, hormigón, malla de alambre, bronce y azulejo cerámico en su versión original. El sol, la luna y una estrella conocida popularmente como Miss Chicago. Esta hermosa “mujer”  -maqueta original de la obra- tiene la función de observar, o mejor dicho, presidir desde el patio donde está ubicada, a la ciudad de Barcelona mientras la vigila risueña y astuta como -…y esto es propio del que escribe- si en verdad fuera Miss Barcino; nombre de la urbe en sus orígenes romanos.

El sol, la luna y una estrella 1968

Después de pasar por la represión que vivió en su Catalunya natal y viajar hasta siete veces a EE.UU, esta nación representó para Joan Miró, nunca mejor dicho desde el tópico extendido pero real: el american dream

Eduard Reboll

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