Establecido al otro lado del charco, alterné ocupaciones laborales con mi concentración en los estudios universitarios de filología. Con gastos de viaje pagos, tuve la suerte de recibir entrenamiento de la presentadora y productora venezolana Elizabeth Pérez-Luna en sus estudios en Filadelfia. Recibí adiestramiento in situ de Western Public Radio en San Francisco y, finalmente, en los estudios de NPR en Washington, DC.
Sin afiliación laboral, y paga por segmento, fui reportero independiente para las transmisiones en español de la BBC de Londres. Cubrí, entre otras cosas, eventos importantes para los programas «Enfoque Nacional» de KPBS, transmitidos desde San Diego, California por José Mireles, con Héctor Molina como anfitrión. Produje segmentos culturales para «Panorama Hispano», que producía y narraba Vidal Guzmán desde Madison, Wisconsin, también con pagos individuales por segmento. Realicé entrevistas a personajes clave involucrados en conflictos armados en Centroamérica, para María Hinojosa en «Latino USA», y reporté eventos de cultura, política y ciencias que tuvieron lugar en La Florida, para Samuel Orozco y su «Noticiero Latino», en Radio Bilingüe.
Cabe aquí incrustar que mientras desempeñaba estas funciones, me sumergí en los estudios académicos, hasta zambullirme en la docencia, espacio laboral en que me he mantenido por décadas, primero como profesor adjunto en Miami-Dade College, luego, como instructor de lengua y literatura hispanas del sistema de escuelas públicas del Condado Miami-Dade en el sur de la Florida, y lector oficial de español y literatura para Advanced Placement/College Board.
No se me escapa mencionar que durante y después de este lapso de enriquecimiento y trabajo arduo como profesor, sintonizaba las sesiones radiales o televisivas, luego reproducidas en diferido por las redes informáticas, de ciertos individuos a quienes admiraba por sus conocimientos, estilos y técnicas, en el difícil arte de entrevistar a personalidades serias, interesantes e inteligentes. En ocasiones excepcionales, los entrevistados incluían a un pequeño grupo que no se ajustaba a ninguno de estos adjetivos. Cuento entre ellos a José Luis Sampedro, Juan Antonio de Castro, Cristina Martín Jiménez, Joaquín Soler Serrano, Iñaki Gabilondo, Ana Iris Simón, Luis del Olmo, Julia Otero, Fernando Sánchez Dragó, Àngels Barceló y, muy particularmente, Jesús Quintero, auto apodado «El Loco de La Colina». Menciono también a entrevistados por algunos de estos periodistas y comentaristas, debido a la regularidad en ofrecer respuestas que llenaban el espíritu y satisfacían o desafiaban el intelecto, abordando además temas en empaques o estilos muy peculiares: Atahualpa Yupanki, Facundo Cabral, Joan Manuel Serrat, Jorge Luis Borges, Arturo Pérez Reverte, Antonio Escohotado, Juan Eslava Galán, Gabriel Albiac, Juan Manuel de Prada, Antonio Gala, Ignacio Gómez de Liaño, Fernando Sánchez Dragó, Antonio Pérez Henares, Pablo Pérez López, María Elvira Roca Barea, Fernando Savater y Gustavo Bueno; entre todos ellos, autores de más de un libro que, descubiertos en mi etapa adulta, expandieron criterios y reafirmaron mi apego al mosaico multicultural que ofrece la nación española, tierra de mis abuelos que visito con frecuencia.
Siempre manteniendo la distancia, debo mencionar que el progreso del pulso mediático, también me ha permitido conocer las ideas de apasionados «Youtubers», profesores, conferencistas e individuos que ejercen el periodismo, particularmente los de afiliación independiente. Sus aportes hoy en día continúan expandiendo aún más las fronteras de mi humilde veta de recursos culturales. Por lo general, en ellos puedo auscultar argumentos relacionados con nuevos acercamientos al hispanismo, más serias preocupaciones humanistas con respecto a la difícil convivencia con las nuevas migraciones a los llamados países de Occidente, incluidos en éstos, Los Estados Unidos, Canadá y, por supuesto España. En este contexto, sin pretender establecer jerarquías, y sin adherencia ideológica a ninguno de ellos, cuento a Ernesto Castro Córdoba, Cristián Rodrigo Iturralde, Ariel Umpierrez, Carmen Iglesias Cano, Ricardo Martín de la Guardia, Paloma Hernández García o su alter ego «Forja», Juan Ramón Rallo, Raquel de la Morena, Enrique Baena, Begoña Gerpe, Jesús G. Maestro, Alberto Gil Ibañez, Margarita Cecilia Torre Sevilla, José Antonio Zorrilla, José María Bellido Morillas, el coronel Pedro Baños y el ex policía Samuel Vázquez. Me tomo la libertad de mencionar sus nombres, a sabiendas de que en ciertos momentos se hacen eco de algunas de las tendencias mediáticas a incursionar en la desinformación y las teorías conspirativas que proliferan a gran velocidad en la Internet y otros avanzados medios de comunicación de nuestros días. Me place incluir en este grupo a Afredo Jalife Rahme, Iván Gatón, Marcelo Gullo Modeo, Roxana Kreimer, y Cristián Rodrigo Iturralde, quienes, sin ser españoles, de alguna manera unen sus investigaciones socio históricas, geopolíticas y hasta filosóficas, a la misión revisora o actualizadora de la mayoría de los individuos que señalo más arriba.
Mi lista estaría incompleta si no menciono al profesor José Luis Villacañas Berlanga. Con ponencias bien elaboradas y documentadas, Villacañas, a mi modo de ver logra un equilibrio necesario en el conflicto fobia vs filia, generalmente asociado a las nuevas discusiones, debates y publicaciones que ha generado el tópico «Leyenda Negra», histórica etiqueta que alude a las exageradas acciones negativas de la participación de España en la conquista del Nuevo Mundo.
Muy al tanto de las idiosincrasias de Miami y sus vecindades, lugar donde he residido la mayor parte de mi vida, me concentro en estos fenómenos ibéricos, quizás para sacudirme un poco los temas locales y pre locales que, aunque usualmente justificados, con frecuencia, me ahogan por saturación y tratan de alejarme un poco de mi visión más ampliada y diversificada del panorama geopolítico. Sin embargo, aunque sé que un auto análisis genealógico daría luz a otros rastros compartidos, me inclino a pensar que las discusiones y debates, primordialmente me llaman la atención por ser yo de descendencia española. Sólo lamento no haberme enterado de la existencia de algunos de estos nombres, sino hasta pasadas las últimas décadas del pasado siglo, y no poder, en aquel entonces, ser testigo de los graduales cambios de percepción en el arcoíris de sus respectivas direcciones de pensamiento o sus esfuerzos en revisitar los hechos históricos que conforman lo que conocemos hoy como mundo hispánico. Subrayo que, en un buen número de aquellas reflexiones y criterios, no dejo de percibir la común lucha de egos que con frecuencia se manifiesta y difunde en los medios; rasgo peculiar que, además de la lengua, no ha desaparecido del todo en los países que comparten el patrimonio —o matrimonio— de aquel antiguo Imperio Español a este lado del Atlántico.
Lidiando con los aciertos y contradicciones que emiten estas figuras, en y lejos del suelo español, me entreno en el interesante arte de enlazar generalidades e idiosincrasias. En definitiva, las actitudes y perspectivas, esté yo de acuerdo con ellas o no, forjan en mí la manera de mirar al mundo siendo parte de él y, en muchos casos, me ayudan a esclarecer el origen de algunos de los elementos idiosincráticos que, con sus virtudes y defectos, permanecen arraigados a los conceptos nación o nacionalidad en que me he criado.
De todo esto se deduce que mi labor como productor de segmentos de radio, o escritor de reseñas y entrevistas en periódicos culturales; mi tendencia a iniciar y mantener diálogos con entidades no cien por ciento enlazadas a mi particular forma de pensar, siempre ha estado vinculada al gusto por la lectura incisiva, y a una perseverante afición a la escritura, actitud que, en el llamado universo de las letras, no pocas veces me empuja a aventurarme en más de un género.
En mi trayectoria como escritor, este sexto libro, más que un proyecto en busca de reconocimiento a mis apegos literarios, persigue tres objetivos. El primero y menos importante, es dar constancia del toque de nostalgia que con frecuencia me transporta a mis años de estudiante de secundaria, conectados más tarde a los estudios universitarios, época en que simultáneamente me desempeñaba como reportero y entrevistador radial, en un medio que, afectado por el fenómeno de la globalización y el acelerado progreso tecnológico, como en el caso de los libros y las bibliotecas o los periódicos impresos en papel, está desapareciendo con dolorosa rapidez. El segundo, es tratar de romper el estigma que prevalece sobre Miami, ciudad sui géneris que, a diferencia de otras metrópolis, entre las cuales cuento a Nueva York, Madrid o Buenos Aires, carece de una sólida reputación intelectual, de acuerdo con opiniones expresadas en y lejos del área, dictámenes con los que efusivamente discrepo. De ahí que, en esencia, a través del contenido periodístico que cuidadosamente he seleccionado para el presente volumen, doy énfasis a la labor de individuos que, más que nada, se destacan por su conexión con el mundo de las artes, poesía, cine, música, filosofía y Psicología, más la publicación y difusión de libros y revistas. El tercer propósito, para mí primordial, es sencillamente abrir puertas a intercambios de pareceres o experiencias entre miembros de la comunidad hispana dentro y fuera del sur de la Florida, o los que, dominando otra lengua, aprendieron a hablar la mía y, con ella, aunaron esfuerzos por valorar el bagaje cultural que trae consigo una considerable parte del conglomerado hispano que se ve obligado a dejar su país de origen, sea cual fuere la razón de su migración, a esta nación que nos acoge.
FIN PARTE II
© All rights reserved Héctor Manuel Gutiérrez.
Héctor Manuel Gutiérrez, Ph.D., es instructor de español avanzado y literatura hispana. Funge como Lector Oficial de Literatura y Cultura Hispánicas en el programa de evaluación superior Advanced Placement, College Board/ETS. Colaborador mensual de la revista musical «Latin Beat», Gardena, California. Miembro/fundador de la revista literaria «La huella azul», FIU, Miami, Florida. Editor de contribuciones, «Revista Poetas y Escritores Miami», Miami, Florida. Colaborador «Revista Suburbano», Miami, Florida. Colaborador/ columnista, «Nagari Magazine», Miami, Florida. Colaborador «Linden Lane Magazine», Fort Worth, Texas, Colaborador, «Insularis Magazine», Miami, Florida. Es autor de los libros: Cuarentenas, Cuarentenas: Segunda Edición, Cuando el viento es amigo, Dossier Homenaje a Lilliam Moro, De autoría: ensayos al reverso. Les da los toques finales a Encuentros a la carta: entrevistas en ciernes, a publicarse en 2024, La utopía interior: estudio analítico de la ensayística de Ernesto Sábato, a publicarse en 2026, y la novela El arrobo de la sospecha, a publicarse en 2027.