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Julio 2023

MUJER SENTADA Y OTROS POEMAS. Marta Braier

Mujer sentada

 

Pero sé que debo hablar de esa puerta,

en un hotel para turistas de la calle Cangallo.

 

Recuerdo con nitidez un finísimo rayo de sol

y las partículas del aire jugando con la luz.

( Ah el sencillo fulgor de una habitación en penumbras).

 

Estoy sentada sobre un sucio cobertor.

 

El conserje me entregó la llave de la diecinueve

y miró con cara de nada

cuando le hablé de tiempo de sosiego.

 

Cerró la puerta y me dejó queriendo comprender.

(Los mosaicos hacían muecas con su geometría).

 

Poco importa si por la calle pasa un hombre,

si hay una fábrica, un frigorífico, o muchos árboles.

Pero, el aire. ¿Entra por los pulmones, sale o permanece?

 

¿Qué hago, qué hago aquí,

en un cuadrado sórdido y ajeno?

Ajeno. Sórdido. Agujero del mundo, digo.

 

Sentada sobre un sucio cobertor.

 

 

 

 

Gestos de minué

 

quién diría

soñaste una chezlong

de tules y topacios

vos       toda oropel

y pasamanería

devota

del pie de Cenicienta

pero no     gran desmadre

ajetreaste tupé

de ajorca y brillo

viraste de color

emperatriz del miedo

fané y descangayada.

 

 

 

( Dos poemas de “Gestos de minué”, Edit. Tierra Firme. 1999)

 

  

 

  

En llamas

 

¿ … pero, cuándo vamos a despertar, Billy?       

       Aulicino

 

Sueño con cierto pudor

tomo siempre el mismo atajo

la misma calle oscura.

 

El venía en bicicleta,

conversábamos.

 

Hay un caballo muerto

detrás de la ventana

y un pianista

que no deja de tocar.

 

Uno esgrime razones,

tristes redes.

 

El pianista insiste con su melodía

y no deja de tocar, furiosamente

no deja de tocar.

 

Antes era fácil creer.

El venía en bicicleta,

conversábamos.

 

 

 

 

Nana para tía Elvira

 

 

ropa blanca en mis sueños (trapos)

lejos de tía Elvira

que planchaba camisas

con la puerta entreabierta

en la dulce penumbra del atardecer

 

ropa blanca en mis sueños (trapos)

lejos de ella (Ella)

que nada sabía

del ruido de mástiles

balanceándose al viento

en la dulce penumbra del atardecer

¿qué sabía?

 

Ropa blanca trapos

mástiles  mástiles  mástiles

 

 

(Dos poemas de “Ésta es la tierra, corazón”, Edit. Último Reino, 2005) 

 

 

 

 

El agua empujó toda la noche     Yo la llamaba    Después entendí que era inútil nombrarla: ella se llamaba a sí misma

 

Todo esto pensaba cuando observé que el río de atrás de los ojos empezaba a secarse: ahora no puedo bajar los párpados

 

Qué es esto de estar vigilante todo el tiempo    Ayer vinieron sonidos apacibles y me dormí

 

Este lugar no lo voy a dejar nunca.

 

 

 

( Fragmento de  la nouvelle poética  “El río secreto”, Edit. El Jardín de las Delicias, 2016)

 

 

 

 

 

 © All rights reserved Marta Braier

Marta Braier nació en San Miguel de Tucumán en  1947. Reside en Buenos Aires. Es  Poeta y  Profesora en Letras.  Desde 2002 a 2015 dirigió el Taller Literario para Jóvenes de la Biblioteca Nacional . Publicó Gestos de minué ( 1999) y Ésta es la tierra, corazón (2005). El río secreto (2016), obtuvo el Premio Único en Poesía Inédita  ( bienio2010-2011), otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Marta, me encantaron sus poemas!

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