INTRODUCCIÓN
La Retórica es una disciplina que atraviesa distintos campos que se ocupan de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética, añadida a su finalidad comunicativa.
La elaboración del discurso verbal y su exposición ante un auditorio son aspectos que exigen la atención a cinco dimensiones que se complementan. El discurso está conformado por la inventio, la dispositio y la elocutio. En cuanto a actividad oral, el discurso está configurado por la memoria y la actio.
La finalidad de esta fase es establecer los contenidos del discurso. El término inventio procede del latín invenire que significa «hallazgo», porque de lo que se trata es que el orador seleccione, halle, en un repertorio prefijado de temas aquellos que son los más adecuados a su exposición. Se trata, mentalmente hablando, de invenire («hallar») en la memoria, llena de topoi («tópicos» o «lugares» comunes) las ideas propias o heredadas de la sociedad en general, susceptibles de ser utilizadas en el discurso. La inventio une los argumentos a los que se recurre en un texto; constituye una estructura lógica y un entramado de razones que deben quedar hábilmente expuestos.
Dispositio
Este término latino es una traducción del concepto de la retórica griega conocido como τἀξις que quiere decir «disposición». La finalidad de esta parte de la preparación discursiva es la organización de los elementos de la inventio en un todo estructurado. Son relevantes a este respecto el número de partes del discurso y su orden de aparición.
Elocutio
La elocutio afecta al modo de expresar verbalmente de manera adecuada los materiales de la inventio ordenados por la dispositio. En la actualidad, la elocutio es lo que se denomina estilo. El ornatus, una parte integrante de la elocutio, tiene por objeto embellecer el discurso con el uso de las distintas Figuras Literarias o retóricas. Se trata del principal constituyente del elocutio ya que en torno a él giran todos los elementos de la configuración estilística.
- Sintéticamente el sentido global de este texto oral de Jorge Luis Borges es el de un Discurso Panegírico en un formato de epístola o carta sobre la figura del escritor, así como de la figura de Alonso Quijano, y de la Literatura en general, y finalmente se podría añadir, un elogio a los reyes y poetas.
b)- La dispositio, o disposición, es la organización, estructuración de los elementos de la inventio en el discurso, se diría el aspecto “formal” aunque forma y contenido son las dos caras de la misma moneda. Este debe persuadir al público, y hacer uso de la elocutio en el sentido de manifestar un estilo en el cual las figuras retóricas estén presentes para darle un tono estético. Por lo que estos tres elementos constitutivos del discurso están indisolublemente unidos.
En el texto de Borges se valora una dispositio que se estructura en la selección de un público determinado para su discurso; asimismo se expone la figura y el rol del escritor en estos tiempos, su destino y su particularidad de ser, con un tono “ontológico” sobre el mismo: “ser no solo actor, sino espectador de su vida…”
Se centra por un instante en la materia esencial que maneja el escritor: el Lenguaje, y la particularidad del enfrentamiento con este. De esta manera la dispositio se va configurando y organizando en la estructura del texto, de todas maneras continúa con el panegírico que es la inventio en su totalidad. El uso del “tópico” del destino para el escritor: un individuo que se plantea un presente y un pasado en búsqueda de las fuentes clásicas, que deambula por las virtudes y las agonías como si fuera un elegido. A veces solo, en ocasiones acompañado, el escritor logra justificarse ante el público y la vida, en esta oportunidad en el reconocimiento por medio de un premio.
A continuación, en la dispositio de la inventio, el autor se centra en la temática de la Literatura, en especial de “Don Quijote”, y sus halagos hacia Alonso Quijano, el hombre transformado en caballero andante, se manifiestan con total admiración.
Al finalizar el texto, la subjetividad y emotividad de Borges, lo lleva a reivindicar y elogiar la figura del Rey, quien le otorga el premio. Se cierra el discurso refiriéndose nuevamente al “destino”, tópico del comienzo, el cual tanto el Rey como el Poeta deben aceptarlo y cumplirlo a pesar de la fatalidad.
c)- Identificar y describir algunos elementos de la elocutio en apoyo al sentido textual.
La elocutio proviene del Latín: elocutio, -onis, sustantivo femenino que se traduce como: elocución, expresión, estilo. Diccionario Vox, Barcelona, 1988, pág. 135. Es decir, según la RAE, la “Manera de hablar para expresar los conceptos”. “Modo de elegir y distribuir los pensamientos y las palabras en el discurso”. Por lo pronto esta parte de la Retórica se vincula con el estilo. Hay un axioma de un estilista que dice que “el estilo es el hombre”. Cada época contiene su estilo, aunque en la Modernidad los diferentes estilos han convividos aun en la Posmodernidad. Un poeta o escritor está influenciado por muchos estilos, según Octavio Paz.
Otro elemento constitutivo de la elocutio es el ornatus, o sea, el uso de Figuras retóricas o literarias para darle al texto un tono estético y sugerente.
En el caso del texto de Jorge Luis Borges se valora el uso de la anáfora, reiteración de una palabra o expresiones, como es el caso del término /destino/, y /escritor/. El aforismo, como sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte, (RAE). En esta oportunidad: “el lenguaje es nuestra tradición”, “El destino del escritor es extraño, salvo que todos los destinos lo son”. La intertextualidad al referirse a palabras de Horacio, Alfonso Reyes y referencias al “Quijote”. El manejo de la comparación o símil: (…) “ya que un Rey, como un Poeta, recibe un destino, acepta un destino y cumple un destino y no lo busca, se trata de algo fatal, hermosamente fatal… También se hace uso estilísticamente del oxímoron: “hermosamente fatal”. El escritor argentino es audaz en una aseveración, al poner en el mismo estatus al Rey y al Poeta.
“Majestades, señoras y señores: El destino del escritor es extraño, salvo que todos los destinos lo son; el destino del escritor es cursar el común de las virtudes humanas, las agonías, las luces; sentir intensamente cada instante de su vida y, como quería Wolser, ser no sólo actor, sino espectador de su vida, también tiene que recordar el pasado, tiene que leer a los clásicos, ya que lo que un hombre puede hacer no es nada, podemos simplemente modificar muy levemente la tradición; el lenguaje es nuestra tradición.
“El escritor debe ser hospitalario con lo que le llega y debe trabajar esa materia de los sueños“
El escritor tiene una desventaja: el hecho de tener que operar con palabras, y las palabras, según se sabe, son una materia deleznable. Las palabras, como Horacio no ignoraba, cambian de connotación emocional, de sentido; pero el escritor tiene que resignarse a este manejo, el escritor tiene que sentir, luego soñar, luego dejar que le lleguen las fábulas; conviene que el escritor no intervenga demasiado en su obra, debe ser pasivo, debe ser hospitalario con lo que le llega y debe trabajar esa materia de los sueños, debe escribir y publicar, como decía Alfonso Reyes, para no pasarse la vida corrigiendo los borradores, y así trabaja durante años y se siente solo, vivo en una suerte de sueñosismo; pero si los astros son favorables, uso deliberadamente las metáforas astrológicas, aunque detesto la astrología, llega un momento en el cual descubre que no está solo.
“El héroe no es don Quijote, sino; aquel hidalgo manchego que se impone esa tarea que algunas veces consigue: ser don Quijote“
En ese momento que le ha llegado, que le llega ahora, descubre que está en el centro de un vasto círculo de amigos, conocidos y desconocidos, de gente que ha leído su obra y que la ha enriquecido, y en ese momento él siente que su vida ha sido justificada. Yo ahora me siento más que justificado, me llega este premio, que lleva el nombre, el máximo nombre de Miguel de Cervantes, y recuerdo la primera vez que leí el Quijote, allá por los años 1908 ó 1907, y creo que sentí, aún entonces, el hecho de que, a pesar del titulo engañoso, el héroe no es don Quijote, el héroe es aquel hidalgo manchego, o señor provinciano que diríamos ahora, que a fuerza de leer la materia de Bretaña, la materia de Francia, la materia de Roma la Grande, quiere ser un paladín, quiere ser un Amadís de Gaula, por ejemplo, o Palmerín o quien fuera, ese hidalgo que se impone esa tarea que algunas veces consigue: ser don Quijote, y que al final comprueba que no lo es; al final vuelve a ser Alonso Quijano, es decir, que hay realmente ese protagonista que suele olvidarse, este Alonso Quijano.
Quiero decir también que me siento muy conmovido, tenía preparadas muchas frases que no puedo recordar ahora, pero hay algo que no quiero olvidar, y es esto: me conmueve mucho el hecho de recibir este honor en manos de un Rey, ya que un Rey, como un Poeta, recibe un destino, acepta un destino y cumple un destino y no lo busca, es decir, se trata de algo fatal, hermosamente fatal, no sé cómo decir mi gratitud, solamente puedo decir mi innumerable agradecimiento a todos ustedes … Muchas gracias”.
JORGE LUIS BORGES
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Federico Rivero Scarani, (Montevideo-República Oriental del Uruguay), fecha nacimiento: Montevideo, 25/01/1974. Docente de Literatura e Idioma Español egresado del Instituto de Profesores Artigas. Amor, Barniz Gris, (2019), Editorial JustFiction, Letonia y Editorial Rosae, Montevideo – Uruguay. Saltando a nuestro abismo, 2020, Editorial Rosae, Montevideo. Escribió un ensayo sobre el poeta uruguayo Julio Inverso (El lado gótico de la poesía de Julio Inverso) editado por los Anales de la Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense (Madrid-España), 2005. Colaborador de revistas de Latinoamérica y Europa. Es miembro de la Red Mundial de Escritores en Español, REMES y de autores.uy