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Agosto 2025

DE LAS VÍCTIMAS (XIII): PSICÓPATAS. Carlos Gámez Pérez

Con los psicópatas, que tanto nos gustan (o tanto nos gustaban), parece que mi tesis se desmorone. Y bien, los cambios nunca son tan bruscos que tumben a las alternativas a las primeras de cambio. Siempre existen unos códigos ocultos que van transformándose y deben saber leerse, tradiciones que compiten hasta el desenlace final. A finales del siglo XX estábamos fascinados con la figura del psicópata (al menos algunos), sobre todo, en el ámbito de la creación, en especial con el psicópata proveniente del mundo anglosajón. American Psycho, Henry: Portrait of a Serial Killer, Twin Peaks, fueron obras que arrasaron. El escritor Ricardo Menéndez Salmón afirmaba a principios del siglo XXI, tras la publicación de Derrumbe, una novela con su lado oscuro, que el héroe oscuro nos sigue atrayendo socialmente. Y no hay mejor héroe satánico que el asesino en serie inteligente. De ahí el impacto en la sociedad de personajes reales como Ted Bundy o Zodiac. Pero a diferencia del caso de Lautréamont, aquí la ciencia no está para ayudar al héroe, sino para cazarlo, como se aprecia en un producto contemporáneo como es Mindhunter. Y desde ‘El silencio de los corderos’ no ha aparecido un héroe satánico de impacto. Aquel que aparece, aunque inspirado en la realidad, es ficticio y combina tendencias. Carrére se guardó mucho de utilizarlo en El adversario. Y Dexter es psicópata y víctima al mismo tiempo, y de ahí su éxito. Se trata de un personaje que fue testigo del dolor y a la vez lo ejecuta, pero solo con tipos malos como él. Es un justiciero que pretende corregir su pecado: el deseo de sangre.

El cambio, en cambio, se ha observado con claridad con todo lo que sucedió en los días previos a la publicación de El odio, la no ficción de Luisgé Martín que pretendía documentar el mal absoluto en la figura de José Bretón, asesino vicario, culpable de la muerte de sus hijos como venganza contra su exmujer. Ha habido muchas críticas a la reacción de una gran masa de público, que se posicionó en contra de la distribución del libro. La más destacable, la que publicó Marina Perezagua en JotDown. Pero no pueden ocultar la realidad cultural que nos rodea, tan distinta a la que encumbró a Baudelaire, que el público reniega del héroe satánico como figura.

Es en el giro que ha tomado la no ficción donde mejor se puede monitorizar el cambio, por el éxito que han alcanzado libros como Chicas muertas, de Selva Almada, una no ficción en donde el cuerpo de las víctimas (y hasta el de la narradora) está en el centro. O El invencible verano de Liliana, de Cristina Rivera Garza, centrado en su hermana, víctima de asesinato. Pero se puede ver mucho mejor por las reacciones del público. Con El invencible verano de Liliana solo un crítico protestó frente a la omisión de la voz del asesino (el héroe satánico). Y el libro ha cosechado toda clase de reconocimientos y la veneración de muchos escritores. En cambio, con El odio, antes incluso de que surgiera, buena parte de la potencial audiencia ya se había posicionado en contra.

Cabría hablar de la aceleración que nos persigue a todos. Sí ese libro se hubiera publicado en la década de los noventa, hubiese salido a la calle, como ocurrió con ‘Todas putas’, y solo después hubiera sucedido la polémica, desde los medios o las atalayas de los opinadores de entonces, y quizá se hubiese retirado el libro, o no. Ahora somos todos, estamos todos opinando en un bando u otro.

 

 

© All rights reserved Carlos Gámez Pérez

Carlos Gámez Pérez (Barcelona. 1969) es doctor en estudios románicos por la Universidad de Miami y máster en creación literario por la Universitat Pompeu Fabra. Ha publicado la novela Malas noticias desde la isla (katakana editores, 2018), traducida al inglés en 2019. En 2018 publicó un ensayo sobre ciencia y literatura española: Las ciencias y las letras: Pensamiento tecnocientífico y cultura en España (Editorial Academia del Hispanismo). En 2012 ganó el premio Cafè Món por el libro de relatos Artefactos (Sloper). Sus cuentos han sido seleccionados para varias antologías, entre otras: Emergencias. Doce cuentos iberoamericanos (Candaya, 2013); Presencia Humana, número 1 (Aristas Martínez, 2013); y Viaje One Way: Antología de narradores de Miami (Suburbano, 2014). En 2016 compiló y editó el libro Simbiosis: Una antología de ciencia ficción (La Pereza, 2016). Ha impartido talleres de escritura en el Centro Cultural Español de Ciudad de México y en la Universidad de Navarra. Colabora con revistas literarias como Nagari, Sub-UrbanoCTXT o Quim

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