saltar al contenido
  • Miami
  • Barcelona
  • Caracas
  • Habana
  • Buenos Aires
  • Mexico

Febrero 2023

5 POEMAS DE JUAN C. MIRABAL

Caligramas

 

 

Transparente.

El olor de tus ojos.

Tu labio escribiendo el silencio.

La paloma de tu voz

caminando mi nombre.

Tu trenza risueña.

 

El viento

cofre de los dones,

el trozo de luz que retoña en la herida

la fiesta del temblor.

El pájaro que regresa

más joven.

 

 

Poema del libro Rehén de las olas,  editorial Cambridge BrickHouse Books

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ruiseñor en la maleta

                                                                                   A José Hernández Figueroa

                                                                                   y a mi queridísima familia

 

La puerta se va con el caminante,

lo sigue como una madre llena de brazos,

él la carga en su espalda como a un enfermo.

En el día doloroso un pestañazo de sol ocupa los horarios.

No lo convence del regreso,

pero le habla de los cielos de arena.

 

Al caminante le crece en la cabeza el horizonte.

No ve la bienvenida, el vaso de agua que lo espera.

La mejor muerte que se escapa sin ser tocada

por ninguna canción.

 

Si el caminante no regresa la puerta no se cerrará,

el rostro cosido de arrugas como tierra entre ríos,

el ojo de agua en que abreva la noche, puente de tierra y nube;

olvido y muerte en un mismo espejo sin mirarse

fraguando el oro que no se gasta.

 

La puerta prefiere seguirle en su olvido alegre

a quedarse entre los ecos de un nombre,

el golpe de unos pasos que demoran,

la hiedra sin frutos que atestigua.

 

Sin soñar los sueños del ausente,

sin la posibilidad de hacer camino a los vientos,

de ver sobre la mesa

el mundo.

 

Poema del libro Rehén de las olas,  editorial Cambridge BrickHouse Books

 

Blanco

                                                                              alas en la mente depositando saberes

                                                                                                   Lídice Megla

 

Callado como un anciano de largos caminos,

saber volar entre el pájaro y la sombra del pájaro

aceptada la piedad del derrumbe,

la muerte espía clarividente,

la voz del pez acumulada en la red

lejos del puerto de las canciones,

evitando la estatua continuada del recuerdo,

el pontificio arsenal que aposenta una morgue

de plásticas flores.

Saber que la infancia es el monólogo de los ángeles,

que sobre un coro de águilas el dolor calla.

Saber que con las piernas del hombre

la muerte

                  llega

                             más lejos.

 

Poema del libro Conjuro de Diamante, editorial Primigenios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Identidad

 

 

Él,

el hombre

contra el tiempo, contra la noche

se erige huérfano, congrega incendios, pensiona piratas,

contra el fantasma del olvido y el pan de la guerra

el ojo aseado con que la ignorancia fulgura y liba

su ajuar de eclipses, su trono de disfraces.

Él, el hombre,

contra Eva encinta de plenitud roedora,

de llaga y diluvio viendo zarpar la eternidad en sus visiones.

Viendo la luna de un viejo pez entre enemigos,

la cosmogonía del dolor, la música, la soledad.

Histriónicos el semen falaz del dinero,

el pesebre de la cruz coagulado de usura,

la diáspora de los demonios con monedas de sol.

La muerte solo como reminiscencia de las formas

donde el hombre lacta la inasible tecnología de la virginidad.

Él,

el hombre,

entre el tiempo y la noche

contra sí mismo.

Él,

contra su descendencia.

Él,

contra sus progenitores.

 

 

Poema del libro Conjuro de Diamante, editorial Primigenios

 

 

 

Soledad anfitriona

                                                                                             Lo sin tiempo es la muerte

                                                                                                           José Hierro

 

Del otro lado del silencio

una mujer purga el ajuar del dolor.

Del otro lado

pone al bello rostro de su madre

el nombre del hombre

que nunca escribió cartas.

En una vieja canción une sus manos

y en sosiego cuida el deseo de ser feliz.

En vísperas del parto

eslora unos pasos

nebulando

el antiguo oficio de mujer

que espera a la soledad anfitriona,

para que esta vez la muerte

no sepa como llegar

ni agrande la mesa

ni silencie los encuentros en una foto de pared.

Para que esta vez la ausencia

no sea

otra

simultánea eternidad.

 

 

Poema del libro Conjuro de Diamante, editorial Primigenios

 

 

 

 

 

 

©  All rights reserved Juan C. Mirabal

Juan C. Mirabal Poeta y fotógrafo nacido en Cuba. A los veintidós años publicó sus primeros poemas en su país natal, poco tiempo después emigró en balsa a los Estados Unidos. Poemas suyos han aparecido en revistas culturales impresas y en medios digitales en USA, España, México y en diferentes antologías.

Tiene publicado el libro de poesía Rehén de las olas con la editorial Cambridge BrickHouse Book, el cual presentó en la edición 37 de la Feria del Libro de Miami 2020 y Conjuro de Diamante con la editorial Primigenios. Tiene en proceso de edición su nuevo libro Mapa de las certezas. Reside en Miami con su esposa y sus tres hijos.

 

 

 

 

 

 

 

Excelentes poemas Juan Carlos Mirabal
He aquí una muestra de lo que este artista de la imagen almacena a granel y entrega con cuidadosa e innata selección estética, a los que nos acercamos a su exquisito caudal de conocimientos. Es un verdadero placer pasearnos en su mundo con genuina actitud de contemplación. Un ¡Bravo! por este magnífico experimento en el dominio biconvexo de la metáfora.
Felicitaciones por tus poemas, Juan Carlos. Además las fotografías son excelentes.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.