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Julio 2022

DRÁCULA, CIENTO VEINTICINCO AÑOS DE UN MITO. Alberto García Gutiérrez

Este año 2022 es el año del ciento veinticinco aniversario de la publicación, en 1897, de Drácula de Bram Stoker. Surgida a finales de la era victoriana se convertiría en el anuncio del nuevo siglo XX. La mitología literaria que creara Stoker se universalizaría gracias no solo al público lector sino a su plasmación en otras disciplinas artísticas, la cinematográfica, la del comic y la ilustración, la teatral o la televisiva. Stoker no pudo saborear el triunfo de su criatura. Su personaje se convertiría en un mito indiscutible del género de terror.

Abraham, Bram, Stoker (1847-1912) nacido en Clontarf, Dublín, Irlanda, en aquel tiempo parte integrante del imperio británico era el tercer hijo de una familia de siete hijos a la cabeza de los cuales estaba el pater familias, Abraham Stoker, funcionario de carrera, y Charlotte Thornley. El pequeño Bram era un niño enfermizo gran parte de su infancia y o pocas veces creyeron sus padres que tendría corta vida. Sus prolongados periodos en cama y reposo tuvieron efecto en aquel niño en su voraz lectura, sus dotes de observación del medio y personas que vivieran con él y la suerte de poder entregarse a escuchar sobre las leyendas, cuentos e historias de todo tipo del folklore irlandés que de forma mayoritaria escuchara de labios de su madre.

Stoker sobrevivió a la infancia enfermiza que pesara sobre él y pudo acceder a una formación académica en su adolescencia y primera juventud en el Trinity College en 1864, optando por una carrera de letras, cursando historia, filosofía, literatura y también física y matemáticas. No fue un alumno brillante pero se destacó en el arte de la oratoria, siendo elegido presidente de la Sociedad Filosófica Universitaria, y el atletismo. Obtuvo en 1870 su licenciatura y optó por la carrera civil, el funcionariado como su padre, en un primer momento. Sin embargo su vocación eran las letras, la crítica teatral y el mundo literario le atraían y así al cabo de poco tiempo fue dedicando más tiempo a su vocación que a su mundo laboral, siendo crítico teatral en el Dublin Evening Mail, editado por Sheridan Le Fanu. Fue esa dedicación al teatro lo que hizo al final que conociera y entablara amistad con el actor Henry Irving y que éste le propusiera que fuera su administrador en el Lyceum Theatre de Londres. Aceptó y entre 1878 a 1904 Bram Stoker fue la sombra de uno de los actores más importantes y afamados británicos, el primer actor en ser nombrado sir por la corona británica. Bram Stoker contraería matrimonio con Florence Anne Lemon Balcombe, teniendo ambos un hijo, Noel Stoker. Las responsabilidades laborales del futuro autor de Drácula le hacían disponer de poco tiempo para escribir pero su vocación se centraba en relatos breves y el comienzo de novelas de diverso género. En 1881 publicó Under the sunset, recopilación de ocho cuentos para niños de temática fantástica. Ocho años más tarde Stoker inicia su Dràcula que le llevara cerca de siete años acabarlo. Durante ese tiempo y tras la publicación en 1897 de Drácula escribe otros relatos breves y novelas que va publicando; The Mistery of the Sea, de 1902, The Jewel of Seven Stars, en 1903, The Lady of the Shroud, publicado en 1909 o La Guarida del Gusano Blanco, de 1911, entre otras, junto con un breve ensayo titulado Famous Impostors, en 1910, que trata sobre casos celebres de impostores a lo largo de la Historia.

Bram Stoker fallece el 20 de abril de 1912. El acta de defunción certificó que la causa de la muerte había sido por agotamiento pero puede ser que los efectos de una sífilis terciaria hicieran estragos en su maltrecha salud y fueran la verdadera causa de su muerte a la edad de sesenta y cinco años.

Stoker aunque escribió y publicó no consiguió una holgura económica o un reconocimiento de crítica y público general con sus obras para poder ver que era considerado un gran escritor o que fuera considerado equivalente a las luminarias literarias que gozaban del favor del público y editoriales del momento en la época final victoriana o eduardiana. No ganó dinero con sus libros y no pudo vivir de la escritura. Su viuda se convirtió en la legataria de sus derechos de autor y defendió a capa y espada sus obras. Tanto que se enfrento en los tribunales a todo aquel que utilizara sin su consentimiento a su Drácula en teatro, edición literaria o el cine…como fuera el caso de la productora Prana Films que llevara al cine con Nosferatu, trasunto de conde Drácula, la obra de su marido en 1922. La Sra. Stoker publicaría en 1914, dos años después de la muerte de su marido, una recopilación de relatos breves de horror incluyendo El Invitado de Drácula, especie de precuela de la novela de 1897.

De toda la producción literaria de aquel administrador teatral oriundo de Irlanda que gustaba de las leyendas de la isla Esmeralda sería Drácula la obra que al final le inmortalizaría y crearía un icono para el siglo XX del horror. Stoker compuso su vampiro de muchas inspiraciones; desde Carmila de Le Fanu al vampiro Lord Ruthven, un trasunto de Lord Byron, de Polidori, de las leyendas de súcubos e incubos al folklore celta, centroeuropeo y del legendarium clásico.

En el principio su vampiro sería de origen austríaco, se llamaría Wampyr y tendría corte aristocrático, siendo un conde de Estiria. El título para la obra que barajaba era el de Un-Dead, el no muerto. La casualidad hizo que durante una estancia vacacional en la localidad de Whitby, en Yorkshire, Inglaterra, se acercara a la biblioteca local para recabar datos para su obra vampírica y encontró un volumen que le atrajo: An Acount of the Principados of Wallachia and Moldavia, de William Willkinson, una obra de 1820 sobre la historia y cultura tradicional de los territorios rumanos. Leyó las tétricas hazañas de un voivoda, un príncipe rumano llamado Vlad Dracul apodado Vlad el empalador y en una nota a pie de página descubrió que Dracul en rumano quería decir diablo.  A partir de aquel descubrimiento fue imaginando a su personaje vampírico. Antes del más famoso vampiro existieron en la leyenda tradicional, en la literatura del siglo XIX otros vampiros pero el que imaginara Stoker los superaría a todos por su aspecto físico, por su procedencia, por su maldición, por sus poderes y por la trama de la historia que desarrollara alrededor de él. La inspiración volvió de nuevo a Stoker cuando leyó la obra de Emily Gerard, Transilvanian Superstitions, de 1885, que le reveló el mundo de los vampiros centroeuropeos, en concreto de Rumanía. Supo que la palabra vampiro no era rumana y era utilizada por los pueblos eslavos como upyr o vampir, strigoi en rumano se traducía como vampiro pero en realidad designa a brujas, fantasmas o no muerto. Otra de las influencias en que se inspirara para su vampiro sería el relato El Extraño Misterioso, del autor alemán Karl Von Waschmann, traducido al inglés en 1854. Este relato adelanta una cantidad de temas y particularidades acerca de los vampiros.

La novela pivota en tres personajes; el conde Drácula, Abraham Van Helsing y Mina Harker.

El conde Drácula es un ser que aunque puede ser inmortal vive en un mundo decadente, solitario, alejado de oropeles, pompa y circunstancia. Es un ser en realidad maldito, desgraciado, que se alimenta de sangre y reside en un castillo que ha perdido su esplendor para ser solo un pálido reflejo de lo que una vez fuera en el mundo de los vivos. El vampiro de Stoker posee poderes sobrenaturales que le hacen poder transformarse en animal; lobo, rata o murciélago, o convertirse en niebla. Puede con su mente doblegar la voluntad de los seres humanos, posee una fuerza sobrehumana pero no puede acceder a un hogar si no es invitado, esto es aceptado de buen grado, los símbolos religiosos le repugnan junto con el ajo, y puede ser decapitado o muerto por una estaca en el corazón, aunque este último procedimiento no se utiliza en la novela para acabar con él. Aunque es un ser nocturno puede convivir con la luz solar, el que fuera ésta un arma contra los vampiros fue gracias a la película de 1922 Nosferatu. Stoker nos esboza a Drácula como un aristócrata que no es en realidad atractivo; de cejas pobladas, hirsuto y alto, de bigotes largos y puntiagudos. Es astuto, inteligente, sabe cuándo y cómo actuar para conseguir sus presas y posee como todo depredador un abanico de capacidades, tanto mágicas como físicas, que le hacen un ser peligroso y aterrador para los vivos. Y no conoce, porque está muerto su corazón y su espíritu, el amor, la bondad o la empatía. Solo destila maldad, odio y un deseo de poder desnudo y primitivo.

El contrario del conde Drácula es Abraham Van Helsing y será la batalla entre estos dos personajes los que asientan gran parte de la novela junto con la coprotagonista femenina Mina Harker. Diversas inspiraciones literarias fueron las que moldearon al cazador de vampiros de Stoker; desde el Dr. Hesselius de Carmilla, la obra de Sheridan Le Fanu, pasando por el alquimista Van Helmont que es mencionado en un ensayo que leyó Stoker y que lleva por título Sobre las supersticiones conectadas con la Historia y la naturaleza de la medicina y la cirugía, de P.T. Pettigrew, de 1844. Sería sobre todo el sabio Aminius Vambery, que lo asesoró en lo relacionado con el vampirismo y Vlad Tepes, el que fuera junto con la imaginación literaria el que diera forma definitiva para su profesor Van Helsing.

Es Mina Harker la tercera coprotagonista de la novela de Stoker. Es ella la que tiene un tour de forcé con el vampiro y es ella la que toma las decisiones que harán que el ser diabólico caiga y sea destruido. Y es ella la que al final se apiada de aquel ser monstruoso, en un rasgo de humanidad y empatía que él no posee con los seres humanos.

Drácula fue publicada por Westminster, Archibald Constable and Company en mayo de 1897. Aunque es una obra que enmarcamos en el género de terror posee elementos modernos, tecnológicos, en sus páginas que anticipan al siglo XX; utilización de máquinas, como la de mecanografía, grabación de la voz humana a través de cilindros Edison, intervenciones quirúrgicas como la trepanación o la transfusión de sangre. A modo de recopilación epistolar y de diarios de los personajes, salvo Drácula, Stoker expone al lector la visión de finales del siglo XIX del mundo occidental con sus luces y sombras; el papel de la mujer victoriana, la ciencia y la tecnología versus la superstición y la ignorancia, el folklore tradicional y la modernidad de la gran ciudad de Londres, la idea del imperio, la inmigración o las teorías darwinistas en la sociedad humana, la telepatía. Entre líneas se puede también observar como Stoker realiza una crítica hacia el mundo en el que viviera, lleno de hipocresía, máscaras y escondidos deseos.

En 1984 fueron descubiertos fragmentos de pasajes que Bram Stoker no incluyó de su Drácula final. Eran parecidos a La Caída de la Casa de Usher, de Edgar Allan Poe. No sabemos si fueron descartados por el propio Stoker, por su editor o por la madre del autor de gran influencia en sus decisiones literarias.

El mejor homenaje a Bram Stoker en el ciento veinticinco aniversario de su Drácula es leer este clásico del terror que abrió las puertas a nuevos monstruos en el género y se convirtió en imagen de lo horroroso, lo sensual y lo prohibido en el terrorífico siglo XX.

© All rights reserved Alberto García Gutiérrez

Alberto García Gutiérrez. Barcelona, España, 1974. Escritor, articulista, divulgador y creador del programa de radio y luego podcast Verne y Wells Ciencia Ficción. Consultor, asesor e introductor para la Editorial Gaspar & Rimbau.

Obras más recientes:

Guía de Seres Elementales y Otros Seres Fantásticos, Editorial Apache Libros.

Cuentos en el Espacio y el Tiempo, Editorial Gaspar & Rimbau

Introductor a las colecciones Recuerdos del Futuro y Recuerdos de la Tierra de los Sueños de la Editorial Gaspar & Rimbau

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