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Julio 2016

BROOKDALE. Director Artístico, Coreografía y Perfomance. Lázaro Godoy

LAZARO GODOY

Director Artístico, Coreografía y Perfomance. Lázaro Godoy. Director de dramaturgia Michael Yawney. Música y Composición. Alec Kreisberg. Iluminación. Ana María Morales. Documentación y Asistencia de Dirección Luis Eligio D Ommni. Marionetas Gila Cohen y Julio Almaguer.

Lo primero que hice cuando me enteré de esta obra fue investigar el nombre puesto al título “Brookdale”. Como tal, no apareció en el diccionario más que como un pueblecito de dos mil habitantes del estado de California. Después, separé esta palabra compuesta brook que significa arroyo y dale que significa valle y me imaginé que iba a ser un oda a la naturaleza tal como hizo Lázaro Godoy en su anterior y excelente trabajo Medaka con respecto a la vida acuática de un pez. Pero no fue así. Brookdale es el nombre de un hospital psiquiátrico. A partir de aquí…

¿Qué pasa en el viaje a casa de un hombre inocente que llega a EE.UU,se sale del control,y lo llevan directamente a un manicomio?. Allí se encontrará en una lucha para recuperar su cordura. Abusarán de él inyectándole drogas y no permitiéndole el contacto con el mundo exterior.

En el folleto de reparto califican la obra como un hecho ligado al surrealismo “donde la imaginación y la ilusión se entrelazan a través de actuaciones en directo y vídeo. Una trágica y hermosa historia de una mala interpretación de los agentes de aduanas, mientras él aprovecha aquel confinamiento psiquiátrico en un acto creativo para sobrevivir”.

Estamos en la sala de espera de un aeropuerto. Recibimos a un policía de seguridad sin la más mínima sonrisa de bienvenida. Nos obliga a poner nuestras pertenencias personles en una bolsa blanca sin posibilidad a pregunta alguna. Nos establecemos en dos áreas del Sand Box al mando férreo de una azafata que apenas aleja su mirada de nosotros con una linterna de foco fijo. La audiencia va acompañar en este viaje escénico a un simpático hombrecillo con sombrero y ropa campesina que entra con una maleta amarilla dentro del recinto. Frente a nosotros, una escenografía compuesta por infinidad de tiras de plástico blanco cubriendo el suelo y una pantalla videográfica donde distintas imágenes se sucederán a medida que avance la historia.

Si negar un trabajo arduamente elaborado de su creador en escena, Brookdale necesita, a mi entender, de la magia sostenida que habita en sus espectáculos anteriores. Mientras Bare Bones nos empuja a la potencia corporal y al riesgo escénico junto a su compañera Carlota Pradera o Medaka a la poesía visual y a un trabajo más cerca de la meditación, lo pausado y el silencio corpóreo. Brookdale irrumpe, o mejor dicho, aborda la narrativa en el performance. Y este relato, sin negar su importancia autobiográfica ni su sentimiento interior a la hora de describirlo: queda dentro del clasicismo coreográfico. Como el “hombrecito corriendo con su maleta” sin moverse del lugar (Un homenaje a Buster Keaton posiblemente). O la imagen fílmica mil veces vista de “contaminación-nuclear” -bien intencionada por otra parte, como denuncia de lo vivido- para demostrar que en EE.UU hay que entrar limpio o si no “habrá que protegerse con un uniforme blanco para sentirse impoluto y fuera de riesgo de los enfermos o malvados(Encuentros en la Tercera Fase de Steven Spielberg).

De todas maneras quiero mencionar escenas hermosas y potentes. Una, cuando el cura acude a dar su bendición mientras el despierta en su tumba. Su escena con su doble empequeñecido en forma de marioneta. La aparición espontánea y desde el propio público, de la madre y su hermana. O escenas impactantes como la que concluye la obra en un cubo de cristal bajo el impacto de la luz verde, como símbolo de esperanza y vuelta a la cordura.

Todos los creadores en cualquier rama de las artes, necesitan aquella obra donde lo vivido es parte inherente de su pasado y marcan u existencia. Brookdale es para Lázaro Godoy aquel injusto laberinto donde tuvo que caminar sin saber si habría salida alguna para regresar a la realidad. El espectáculo es un digno ejemplo para mostrar al mundo la injusticia, independientemente que el país que lo ha acogido pretenda ser un ejemplo de libertades ante el mundo. Un aviso a los habitantes del planeta que no hay lugar seguro en él cuando las condiciones no son las propicias. ER

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