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enero 2015

BLACK AND WHITE SERIES. Astrid Alcayaga

N115 Alcayaga cuadro Turner

Arte y diseño en uno

He escogido la colección de diseño de Black and White de Astrid Alcayaga por una razón bien simple como una muestra de lo que es el arte decorativo en toda su función. Un arte que no sólo hace referencia a los elementos clásicos de tela y volumen  separados del diseño mobiliario u objetual, sino que los integra dentro de una zona determinada; en este caso, y el que vamos a mostrar, un espacio pensado para el uso comercial. Una vez ubicado el concepto, decir que la idea ya hacía tiempo que me rondaba por la cabeza. Sin embargo el otro día, al visitar al fotógrafo Delio, me decidí personalmente a escribir, cuando vi parte de estos enseres en su oficina rodeado de los magníficos personajes de la ciudad que él sutilmente retrata bajo su cámara.

Astrid parte aquí en sus “texturas” visuales mayormente del cuadrado del damero para sus telas. Unos entramados basados en la geometría que ya el arte concreto formuló desde una perspectiva más limpia y que en los albores del siglo XX pintores como Mondrian, Kandinsky o Klee en la pintura, o incluso Lloyd Wright en la arquitectura o diseño interior utilizaron para sus propias creaciones. Astrid recupera esta idea, pero con la curiosidad que sus tramas cuadrangulares parece que se desvanezcan una vez rellenadas desde un trazo expresionista (… es su línea actual bajo el color en sus series figurativas actuales)  y se empasten los blancos y los negros unos a otros para dejar como final: una composición casi campestre de grises que, a vista de pájaro, parecen la estructura de una ciudad desde el aire. Sobre los mismos surgen,  en un trazo de rasgo pollockniano, decenas de lineas donde la luz del blanco y el rojo-sangre, en algunas ocasiones, fluyen y se ramifican en la obra con la fuerza de la velocidad que crean. Lo estático y lo dinámico se unen en dos niveles bajo dos matices.

Complementos como sillas, sillones, mesitas o maniquíes de sastre, se unifican en el lugar bajo un mismo estilo tal como se hizo en la moda decó de los años 30 en EE.UU y que, en Miami Beach, esta ciudad tiene como muestra. A veces utiliza símbolos más cercanos a la espiritualidad, como es el ying yang que impresiona en una mesita redonda. Este símbolo funge como un elemento dinamizador, y crea un punto de inflexión a la hora de ver el conjunto donde la obra se recrea; por ejemplo, en el emblanquecimiento de un baúl o la misma repetición del icono en otro elemento decorativo ligado a la moda.

“De origen cubano-chileno reside en Miami desde el año 2005. Digna heredera de una familia de intelectuales y artistas, vive el arte como una experiencia vital que traslada a cada una de sus obras. Junto a la elegancia, la rotundidad. Todas sus obras están profundamente concluidas. Partiendo desde su profunda Intuición de la línea que se sobrepone a un uso calculado de las texturas…”  aparece en su biografía de su página web.

Yo añadiría  el valor de la vitalidad propia de una artista que sí quiere expandir su yo más íntimo para darse a conocer a su comunidad tal como lo ha hecho en su última exposición en Cuba Ocho Art Research Center durante el pasado diciembre por la Feria de Basel.  ER.

Muchas gracias Eduard Rebol. Por tu apoyo incondicional y por tan excelente articulo, valió la pena la espera, eres realmente un gran crítico de las artes contemporáneas del momento, ya se que puedo contar contigo para otras criticas no solo en la poesía, literatura y artes escénicas. Me quedo sin palabras. Un fuerte abrazo Astrid Alcayaga.

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