saltar al contenido
  • Miami
  • Barcelona
  • Caracas
  • Habana
  • Buenos Aires
  • Mexico

Febrero 2018

THE SQUARE UN FILM DE RUBEN ÖSTLUND

Título The Square. Año 2017. País Suecia. Director. Ruben Östlund. Reparto. Claes Bang, Elisabeth Moss, Dominic West, Terry Notary, Christopher Læssø, Marina Schiptjenko, …

Género. Terror Blanco.

 

Sinopsis

Christian, mánager y curador de un museo de arte contemporáneo, se encarga de una muestra titulada “The Square”; una instalación que fomenta valores humanos y altruistas. Cuando contrata a una agencia de relaciones públicas para difundir el evento, la publicidad produce malestar entre el público y tiene que abordar sus consecuencias.

(Film Affinnity)

 

Palma de Oro en Cannes 2017

 

 

Es y no es”. Esta cita ambigua, que nada tiene de original ni de símil a la de Hamlet, corresponde a la imagen de este film. Y lo afirmo tal como lo digo. Una película magníficamente crítica desde la misma concepción original. Mordaz en su plurimensaje social y, a la vez, precisa en un género: el terror blanco.

 

Sin embargo, también podría no ser nada. Es decir, todo alcanzaría ser una hermosa broma para contar un simulacro. Exhibirse uno mismo con sus herramientas cinematográficas y mostrar un juego voluntario a la hora de abordar una narrativa bajo el sello del surrealismo. En otras palabras, esta obra interviene con el espectador engañándolo a menudo. Tal como lo hizo con su último film El Turista (Force Majeur). Allí, una avalancha de nieve en la terraza de un hotel en los Alpes -tan espectacular que uno piensa que la película va a hablar de una catástrofe- es la excusa para contarnos el conflicto interno entre miembros de una familia.

 

¿Pero cómo lo hace para retenernos en la silla o, incluso, pensar que todo es una farsa?

 

Ruben Östlund tiene un modo determinado; un estilo muy sui generis. Mezcla narrativa del día a día con acciones sorpresa. Imposibilidad dentro de lo posible. Y nos cuenta lo común desde un ángulo distinto; incluyendo lo extraño dentro de la cotidianidad. Hay una escena de un niño que se siente acusado de robo reivindicando su inocencia ante su acusador…que es de antología.

 

A Christian, el protagonista, le sucede un acontecimiento callejero único. A partir de aquí, las relaciones de este sujeto consigo mismo y las decisiones que lleva a cabo se recrudecerán. Florecen aspectos como la seducción y un aparente abuso de poder sexual con una mujer… que nos invita a hacernos preguntas. La irresponsabilidad de él mismo en sus decisiones de trabajo y sus consecuencias en la comunidad, serán también parte del hilo. Así como el tema de la aporofobia, es decir, el miedo incontrolable a las personas sin recursos que piden limosna y viven en la calle. Este tema, junto al racismo y la supremacía blanca, coexistirán dentro de la historia. Trata además, la integración de “el diferente” venido del extranjero desde la normalidad más absoluta a través de un bailarín africano profesor de danza que dirige un conjunto de niñas suecas en un estudio. O, simplemente, los mitos de las marcas comerciales, incluso sin aparente importancia -“has rayado mi Tesla” le dice el manager a su empleado- son objeto aparentemente de burla dentro de la seriedad cuando sucede.

 

Como tema central subyacente: los límites del arte y los rituales de lo social en el mecenazgo. Un banquete para recogida de fondos, muestra una escena que da pie al cartel publicitario del film. Un performer, investido de homínido, no tiene ningún reparo en ejecutar su intención final. Empieza a devorar a los comensales que tengan “miedo o muestren duda“    -dice una voz en off-, provocándoles así un pánico aterrador entre la audiencia.

 

Pero también es una película llena de humanidad. Detalles de lo familiar en el trabajo se suceden. Un director trae a su bebé diariamente a la oficina, mientras discute temas burocráticos. O muestra el lío fraternal entre sus hijos, para ubicarlo como un padre despreocupado. La mamá de los progenitores, no aparece en ningún momento.

 

Una película con una manera de narrar distinta. Sin duda, desde una perspectiva formal, ésta es la clave de The Square. Muchas subtramas interesantísimas y un hilo conductor sinsentido: encontrar quién le ha robado el teléfono a Christian.

 

Sin poner énfasis en la interpretación actoral, si exceptuamos al protagonista Claes Bang, apuntar que la dirección coral se encuentra más cerca a la teleserie que a una película que ha ganado una Palma de Oro en Cannes.

 

En cambio, desde la pequeña crónica, decir que me levanté varias veces de la sala del cine para verla de pie y al fondo. Durante su proyección sentí angustia en mi propio interior. Algunos críticos la consideran una comedia negra. Pues bien, mi inconsciente la tradujo, como dije con anterioridad, por el género contrario: blanca y terrorífica

 

The Square se hace imprescindible para neuróticos que amen lo porqués. Y aquellos que se posicionan detrás, bajo la escucha, o dentro del campo de la investigación: psicoanalistas, sociólogos, filósofos del día a día, guionistas, amantes de la antropología urbana, analistas del nuevo lenguaje cinematográfico, intelectuales éticos o de café, curadores de arte…En fin, todo aquél que se pregunte o le emocione lo que quiere decir, vivir hoy, en el nuevo hoy.

 

The Square, más que un cuadrado, es una película redonda y cerrada por definición. ER

 

https://youtu.be/zKDPrpJEGBY

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.