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Septiembre 2017

TERRORISMO Y VIDA COTIDIANA. Eduard Reboll.

terrorismo

Empezar un artículo sobre este tema, el mismo día que tu ciudad de nacimiento es un lecho de cadáveres y heridos en su paseo principal, no es ético. Pero lo es menos cerrar la cortina quemada del dolor y ubicarte como un sordomudo ante la realidad.

El terrorismo es, hoy, un artículo de lujo en el supermercado de lo fúnebre. Cualquier mercenario en nombre de una causa sin-explicación-humana-posible lo puede utilizar. El precio de compra da prestigio a los yihadistas que aleccionados por “el paraíso” junto a las mil vírgenes, la voz de un supuesto dios que los guía, o la misma venganza por la humillación y abuso que han sufrido en su propio territorio  -…no olvidemos esta parte que a menudo se omite en los medios de comunicación- los incita a ello.

La mayoría son jóvenes. Han sido guiados por un imán salafista en cualquier pequeña mezquita de Europa o del mundo occidental. Y buscan en sus actos lo que dice la tercera y última acepción de la RAE que lo define así: terrorismo.3. m.  Actuación criminal de bandas organizadasquereiteradamente por lo común    de modo indiscriminadopretende crear alarma social con fines politicos.

modo indiscriminado…y alarma social

Estas son las claves. La política, por lo general, discrimina sus objetivos y los diferencia para crear atracción y argumentos y así, solucionar, problemas de la polis; término que significa “ciudad”, etimológicamente hablando. Las elecciones legislativas y los referéndums son una muestra para que la sociedad siga y acepte democráticamente su dirección de futuro en valores de convivencia, compromiso con su cultura y adelantos económicos.

Nada hace más daño a un país en litigio con sus adversarios que, éstos, no distingan quiénes son sus enemigos en el campo de batalla y ataquen a la población civil como respuesta “militar”. La gente se olvida. Pero estamos en guerra internacional contra un ejército que ya apenas tiene territorio propio en Irak o Siria y éste es su modo de hablar al mundo.

La respuesta de los barceloneses ha sido espontánea, unánime y en su lengua de origen: ¡“No tenim por”! (No tenemos miedo).

Aunque lo fue también la réplica ciudadana frente al atentado de Nueva York durante el 11S. El de Madrid al día siguiente del 11M en plena estación de Atocha. El de Londres en el underground o delante mismo del puente que nos conduce al Big Ben. El de Bruselas en el aeropuerto. El de París en la sala Bataclán y otros bares de la zona centro. El de Niza durante la celebración del 14 de julio. El de Berlín en un mercado de Navidad y en el propio Bagdad o Kabul o Instabul que a veces olvidamos por no ser noticia en nuestra cultura. En este mismo instante que escribo, en Turku, una ciudad del norte de Finlandia, un individuo que ha invocado el nombre de su particular todopoderoso como “grande”, acaba de acuchillar a varias mujeres.

Este artículo -ni el que firma-  pretenden ahondar sobre el origen de los culpables. Tampoco sugerir medidas de prevención que debiliten los asesinos. Ni abordar el castigo a los que utilizan este fenómeno para decirle al planeta que somos “herejes” y que ellos tienen razón. Ni inclusive el señalar a gente creyente que no interpreta el Corán como lo hacen otros. Ya sea ha hecho infinidad de veces. Se sigue escribiendo acerca de ello. Y saldrán mil propuestas más para la ocasión.

vida cotidiana

Este escrito aspira a lo siguiente…

Vaya a Expedia ahora mismo. O a su agencia local en este instante. Coja un billete de avión a Nueva York. Disfrute del bajo Manhattan y ponga la vista sobre la inmensidad del techo en la estación del Gran Central. Recorra el Metropolitan y tómese un bourbon en su terraza contemplando el jardín por excelencia de lo neoyorquinos. Circule por el MOMA y escoja un Rothko. Mírelo como enerva sus pinceladas por las orillas de la tela en silencio. Coja el Ferry hasta Staten Island…siéntese junto al Hudson y medite mientras lee un poema que dice así …

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. /No duerme nadie. /Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas. /Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan /y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas /al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros…/No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.

Ya lo he dicho. /No duerme nadie. /Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes, /abrid los escotillones para que vea bajo la luna /las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

Federico García Lorca. Poeta en Nueva York

Si escoge París olvídese de la manida Torre Eiffel. Dese un respiro por el barrio de Le Marais. contemplando los múltiples sinónimos que tiene el verbo vivir. Vaya a Pigalle y pregunte qué hizo Maurice Chevalier en el Moulin Rouge ante el público o el propio Toulouse Lautrec en sus orígenes con las vedettes. Suba las escaleras hacia el Sacré Coeur.  En el barrio de Montmartre, tómese un  beaujolais del año en una taberna popular. Observe a un niño intentando hacer una foto a una gárgola en la explanada de Notre Dame imaginando que va a posarse en su hombro…Acuda a la librería Shakespeare and Co. ubicada al otro lado del Sena y pregúntese que hacía allí Sylvia Beach cuando la fundó y editó el Ulises de Joyce o a escritores de la generación beat como Ginsberg o Corso cuando se hospedaban por las noches en entre sus estanterías. Diga en francés toujours Paris como lo hizo Hemingway cuando creyó que aquello era una fiesta sin límite ante su vida paupérrima y feliz.

Puede que su destino sea la ciudad de El Támesis y entienda el lugar como un homenaje a los Beatles o a Pink Floyd cuando vea Battersea Power Station . O no le quede más remedio que alzar su figura en Hyde Park y subirse a Speakers Corner a dar su propio mitin. Soñar en el Soho o en el British Museum. Ir a comprar a Camden. Disfrutar la Tate Modern y su manera privada de organizar el arte contemporáneo por movimientos. Cruzar a través del río por los 33 puentes que lo atraviesan, en especial el Millenium Bridge acabado en 2002, o el Tower. Y por supuesto, tomarse una cerveza en un pub por la noche mientras lees junto a tu pareja versos como éstos de Jordi Doce… el día que ocurrió el atentado.

Si cuando haya pasado el miedo quieres regresar a Barcelona, no olvides huir de lo turístico y marítimo. Adentraros a dar un paseo por la Universidad de Barcelona y sus jardines. Convivir con el arte gótico de l’Antic Hospital de Sant Pau junto a los desvalidos que ocupan con vino-tetrabrik los arcos y la vejez de la piedra. Dad una vuelta por el MACBa en busca de la mejor colección de arte conceptual de Europa. Ver a los patinadores exhibir sus destrezas mientras destrozan el mobiliario urbano con simpatía y malabarismo frente a la capilla del Convent dels Angels. Tomad, si podéis, una horchata de chufa en la heladería Sirvent junto al restaurado Mercat de San Antoni . Y por supuesto descended por la riera seca que recogía el agua de lluvia desde el Tibidabo hacia el mar durante la Edad Media y que desde el siglo XIX se denomina Las Ramblas. Y después, pasea por la alcazaba contemporánea del barrio de El Raval y hablad con la nueva generación árabe, paquistaní o filipina. Tómate una copa de cava Gramona arriba en la terraza del hotel Barceló. Y adéntrate en la librería Central a buscar la literatura que se cuece aquí. Busca textos de los escritores barceloneses y vitales para entender Barcelona… como Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán, Terenci Moix o Eduardo Mendoza que hablan sobre la ciudad . Y disfruta de palabras como éstas del poeta Marcus Callau

Dicen que en esta ciudad

hay un mar que yo no he visto.

Quizá por ser de interior

no lo reconozco ni percibo su sal.

También dicen que la luna

dibuja ríos sobre tu espalda

pero, repito,

que yo nunca he visto el mar.

Quizá por ser de interior

no me llama su aroma

y de él solo me quedan

rastrojos de gaviotas

esparcidas por el cielo…

 

Eso sí, no olviden en cualquier urbe citada, o en las que el terrorismo hizo mella también -Niza, Bruselas, Moscú, Kabul… o Alepo-, poner un ramo de flores allá donde los verdugos dejaron fríos cientos de cadáveres y que, si bien ahora son ceniza o esqueletos bajo el mármol del camposanto… siguen en la memoria de sus familias y de los seres de buena fe que creen en el diálogo en este mundo. No tengan miedo…sigan haciendo su vida.

© All rights reserved Eduard Reboll

Eduard Reboll Barcelona,(Catalunya)

email: eduard.reboll@gmail.com

Brillante y ardiente su reflexión y el final iluminante. Un combo esperanzador ante la avanzada mesiánica. Abrazo hermano!
Me ha conmovido tu excelente, coherente, realista, valiente y esperanzador artículo. Mi hija viaja a tu ciudad a celebrar su cumpleaños a principios de octubre. Ya le he enviado este enlace, para que reafirme aun más su deseo de re-visitar mi ciudad favorita en la península. Me identifico con todo lo que dices. Estoy seguro de que mi hija a su vez lo hará, pues Barcelona es también para ella la número UNO. Abrazos fraternos, mi amigo.

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