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Marzo 2021

TE JURO QUE ES POR TU BIEN: nueva entrega de la narradora Susana Ibáñez. Luis Benítez

La obra

Una singularidad con escasos precedentes en el año editorial argentino es la publicación de dos nouvelles en un mismo volumen. Y así lo hizo la pujante editorial Palabrava (https://es-la.facebook.com/palabrava), de Santa Fe, Argentina, en el caso de Te juro que es por tu bien (ISBN 978-987-4156-22-8, 160 pp., Colección Rosa de los Vientos, 2020, Santa Fe, Provincia de Santa Fe, Argentina), reciente lanzamiento de la narradora Susana Ibáñez. Ambas novelas breves, La aguja en el ojo y Me verás volver, dan cuenta de la madurez expresiva de su autora. Su capacidad discursiva y un empleo tan inteligente como cuidadoso de la lengua castellana le depararon con anterioridad el reconocimiento del lector y la premiación de sus primeras obras, las colecciones de cuentos Por íntima convicción (1999) y La vida al ras del suelo (2018). En esta, su primera incursión en las historias de más largo aliento, ratifica con creces los merecimientos recibidos. Es que Te juro que es por tu bien, siendo una entrega doble, ofrece una pareja calidad de sentido y forma, plasmada en páginas ágiles y bien dotadas de una verosimilitud que se impone, muy bien lograda, al tiempo que personajes y peripecias se deslizan con un ritmo que, no por natural, deja de cautivar con su dinámico devenir. Ibáñez maneja muy bien el suspenso y dosifica la intriga en una proporción exacta, la justamente necesaria para que deseemos seguir adelante en la extraña compañía de sus personajes.

Tanto en La aguja en el ojo como en Me verás volver, la escritora santafesina apela a recursos del minimalismo bien entendido, excavando en situaciones que pueden ser muy cotidianas para sacar a la luz cuanto de trascendente ellas contienen. Y lo hace, vamos a resaltarlo, sin caer jamás en el remanente costumbrismo del que pecan otros trabajos que bordean un similar intento. La primera historia, La aguja en el ojo, arranca con una fórmula clave para todo el resto de la narración: «¿Vos eras varón o mujer?», anticipa la primera línea de Ibáñez, presentando a Emi, el carácter protagonista, cuya ambigüedad atraviesa el conjunto de la nouvelle y pone de relieve las reacciones variadas de su familia primaria y todas sus relaciones —logradas y fallidas— posteriores. La doble cara de la realidad, la trágica y la cómica, signan el devenir de Emi, quien se edifica y se diluye constantemente en circunstancias donde la presencia y el accionar del Otro suelen dictar satisfacciones y fracasos. Emi, a quien Ibáñez diseña tan lábil como el mercurio, posee un pathos singular que lleva al personaje a deslizarse líquidamente por entre las décadas de su crecimiento y maduración, encontrando sin embargo un puerto constante, una forma de contención en su relación con su vecina, la modista Doris Díaz de Tonali, otro muy logrado personaje de la autora de Santa Fe. Sin embargo Doris no es, en La aguja en el ojo, el clásico sostén del carácter protagonista, apenas un medio para dotar de mayor desarrollo y expresión a la figura principal, por contraposición de idiosincrasias. Posee una identidad, una patología propia y determinante de toda la otra mitad de la narración, ambientada en un barrio tan bien edificado por la maestría discursiva de Ibáñez, que nos lleva a pensar si Emi no está a la vuelta de casa ayudando a Doris con sus moldes primero y sus achaques después. Tal la capacidad de la autora para pintar escenografías con certeras, breves y ajustadas pinceladas de medido estilo realista, sin necesidad alguna de dilatadas descripciones. Escribir bien también incluye el no precisar de ellas.

En Me verás volver, la segunda historia del volumen, Ibáñez cambia la primera persona del singular, narrante de todo lo anterior, por una abarcativa primera del plural, un nosotros —muy seguidamente siniestro, por lo que implica— dedicado a intentar resolver, primero por las buenas y después por las muy malas, un conflicto colectivo. Alguien, un indigente al que vamos a conocer como El Tipo, tan desposeído que ni siquiera tiene un nombre (buen detalle el de la autora), se ha aposentado con ruinoso colchón y hasta un perro mascota —al que luego los del consorcio llamarán el Pupi— a la entrada del edificio habitado por “nosotros”. Un conjunto de personajes apenas insinuados lo estrictamente necesario por Ibáñez, pero ellos sí dotados de nombres o de apelativos que favorecen una sucinta descripción, poseedores de características reforzadas por los alias: Gómez, el portero; Bichito, Cuchillo en Liga; Sin Corazón; el Pela; Sumpeligro; la Colorada; la Rubia, son solamente algunos de los motes que entran en acción, cada uno a su manera, cuando El Tipo adopta como domicilio permanente la entrada al edificio donde moran. El juego de especulaciones acerca de la identidad de El Tipo, puesto a rodar por el consorcio incluye imaginarlo como un narcotraficante en desgracia, un policía, un ex propietario (un ex “uno de nosotros”), un asesino, un genocida, tal vez un violador, posiblemente un prófugo de alguna guerra del Viejo Mundo. El barajar de posibles identidades para adjudicárselas a El Tipo naturalmente no llega a ninguna parte, pero sí le sirve a Ibáñez para subrayar por un lado la indefensión del indigente ante las imaginaciones ajenas, y por el otro los miedos, las incertidumbres y las oscuridades que habitan el interior de ese “nosotros”, que no sabe de qué modo resolver la situación a la que lo enfrenta el intruso… mientras se suman a la apropiación de la entrada la Cinco Colores, la “novia” de El Tipo, y luego El Pibito, también referido como Luquita, el hijo de la Cinco Colores.

Nouvelle coral, alternativa más que compleja por la diversidad de personajes y su interrelación, plasmada en un texto de solamente 59 páginas en la presente edición de Palabrava, la suma de problemas que presenta una propuesta de esta índole se halla muy bien resuelta gracias a la habilidad de Susana Ibáñez para hilar fino al tiempo que no se demora en gruesos nudos narrativos. La acción se desliza por cauces naturales y convincentes, donde el rompecabezas de intenciones, prejuicios, temores y maquinaciones que conducirán al abrupto final se arma nítidamente gracias al bien empleado recurso de los indicios previos y sus derivaciones, que sabe Ibáñez como entretejer sin  dejar hilachas sueltas ni corredores que no lleven a ninguna parte. Lo que sucede a cada paso y hasta el remate final deriva siempre del segmento narrativo anterior y es presentado como una consecuencia admisible para la credulidad del lector, sean cuales sean sus proporciones. Y no es poco logro en una propuesta tan complicada, cuyas dimensiones de significado superan ampliamente la brevedad de las páginas que abarca.

La mesura, la exactitud y un manejo experto del tempo narrativo caracterizan a este volumen doble, que multiplica por dos la satisfacción del lector. Con Te juro que es por tu bien, Susana Ibáñez demuestra que todavía se pueden imaginar buenas historias y, además, escribirlas de modo excepcional.

La autora

Susana Ibáñez nació y vive en la Ciudad de Santa Fe, Argentina. Cursó estudios en la Universidad Nacional del Litoral y en la Universidad Nacional de Córdoba, donde se doctoró en Literaturas y Culturas Comparadas. Se desempeña como docente en el nivel superior en cátedras de Literatura en Lengua Inglesa. Coordina talleres privados y clínicas de escritura creativa. Se dedica a la narrativa y ha publicado dos libros de cuentos: Por íntima convicción (Premio Nacional Juana Manuela Gorriti, 1999) y La vida al ras del suelo (Premio Provincia de Córdoba, 2018). Acerca de su obra más reciente, Ibáñez ha declarado en un reportaje previo a la distribución de su libro por Palabrava (1): «Conversamos mucho sobre los títulos posibles con la editora, tanto de las nouvelles como del libro en general. El título Me verás volver remite a una ciudad de furia que se parece a la que describo y a un regreso constante que precipita el final. En ambas historias hay personajes que creen estar tomando decisiones por el bien de otro, sin aceptar el derecho de ese otro a decidir por sí mismo cómo quiere hablar, qué quiere decir y cómo quiere vivir».

Nota

(1) https://sobrelibrosycultura.com/conversamos-escritora-susana-ibanez/

© All rights reserved Luis Benítez

Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.) con sede en la Columbia University, de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido numerosos reconocimientos tanto locales como internacionales, entre ellos, el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2008). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina. Sus 36 libros de poesía, ensayo, narrativa y teatro fueron publicados en Argentina, Chile, España, EE.UU., Italia, México, Suecia, Venezuela y Uruguay

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