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Julio 2017

NATALIA TOLEDO: UNA VOZ CON RAÍCES. Marco Antonio Cerdio Roussell

Desde hace un par de meses circula en México, Deche bitoope. El dorso del cangrejo. Este es un interesante libro bilingüe que nos permite aproximarnos a la poesía zapoteca contemporánea y observar una sensibilidad cultural distinta a la de otras regiones del país. Evidentemente esta aproximación es posible para la mayoría de los lectores gracias al esfuerzo de diálogo intercultural que nos ofrece la autora a través de la versión al español de sus textos zapotecas. Con todo, la posibilidad de observar la primera variante del texto, no deja de generar esa duda incómoda respecto a todo lo que nos perdemos al no conocer una lengua con tan profunda raigambre. Es así como frente al texto que nos dice “Qui chigusiandu´lubá′ naca beenda yaniñee ca dxi gucu′ ba′du′“ recordamos el temor ceremonial que la misa en latín provocaba en el grueso de los creyentes católicos preconciliares, esa idea de lo portentoso, de lo que se escucha y transmite un orden más allá del entendimiento del lector o escucha. “No olvides el bejuco de serpientes en el tobillo de la infancia” nos ofrece la autora como epígrafe al poema que da título al libro.

En realidad, el problema es ver a la literatura de un espacio nacional más allá de los parámetros del siglo XIX. Esta mirada a horcajadas entre la tradición, la modernidad y la disolución de ésta, resulta particularmente conflictiva en un entorno como el mexicano donde la diversidad cultural y lingüística son tan amplias, como poderosa la tentación de excluirlas del imaginario nacional. Evidentemente, los límites geográficos resultan irrelevantes, la herencia de exclusión que no se puede endosar simplemente a la conquista española al ser tan criolla, tan mestiza, liberal y secular que sigue viva, impone por lo menos la necesidad de sobrepasar los dominios de la propia lengua y las lenguas que la modernidad prohijó como vías de dominio y contacto para, por lo menos, atisbar la multiplicidad de mundos que se ponen en riesgo al amenazar una cosmovisión entera expresada en una lengua.

Ahora bien, ¿Qué nos ofrece el texto en español de Natalia Toledo? Antes que nada una toma de posición. Toma de posición ante su doble circunstancia de pertenecer a una cultura indígena, pero también de poder dialogar con el mundo de fuera de su comunidad, permitiéndole cuestionar toda una serie de prácticas, muchas de ellas impuestas por la fuerza de la tradición a la mujer.

Una muestra:

 

[…] Mientras caminan con la música, una flor marchita

espera en casa ajena,

aguarda a que le ciñan la cabeza

para poder llorar su virginidad sobre un pañuelo

blanco.

Brincar el anillo de fuego

como un tigre para devorar la función.

Sus padres saltan de alegría

porque hoy en su corral los animales se han

multiplicado,

su hija ha engordado los bienes

que le serán dados a las esposas de sus hermanos

ebrios.

 

Este mundo descrito es el de todos los días. El de los intercambios comerciales reduciendo todo o casi todo, a un mero producto. Frente a la deshumanización común a todo el planeta, las formas específicas de opresión y exclusión que padece una mexicana, mujer, zapoteca frente al otro, sólo puede ser cuestionado a partir de una múltiple indagación. La indagación en la cultura heredada, ejemplificada por la inclusión de términos binnizá (zapotecas) del siglo XV cuya pronunciación hoy es desconocida y, por otro lado, la indagación en el mundo ofrecido por la lengua española y, paralelamente a estos dos procesos, la indagación en el propio yo poético:

 

La hermana de Eurídice

Planté un pochote en medio del camino

y me alegré por las hojas que me abrazaron,

dentro de una nube que pasaba saltó una culebra y

me mordió,

caí por el tallo del árbol hasta llegar a la habitación

de Eurídice.

Ella sintió lástima por mí y dijo:

“Lo que aquí cae desgranará la culpa de la soledad,

Y así viniera Orfeo

ya no volverán los días en que el sol bañaba tu

cuerpo”.

 

Entre el reformular los mitos occidentales y recuperar una cosmogonía viva sin celebrarla de manera acrítica, manteniendo el filo de una mirada que cuestiona más allá de los usos que la inveterada práctica del poder ha hecho de las tradiciones indígenas como un resorte necesario para su inclusión-subordinación en el estado mexicano, la poesía de Natalia Toledo nos brinda otra mirada a un México que se hace cada vez más presente, así sea a pesar de la autosuficiencia del mundo criollo y mestizo. Además no deja de cuestionar lugares comunes y estereotipos de lo femenino que sólo nos son revelados precisamente por esta acción contrastiva de la autora.

En medio del cuadro poco estimulante de la realidad nacional, no podemos dejar de reconocer que algunos rasgos de civilidad para una sociedad futura nos vienen dados por las culturas indígenas que hacen su día a día en este caótico país y más allá de sus fronteras. Ya se trate de Cherán, Juchitán, los Altos de Chiapas o la sierra tarahumara, el compromiso y la búsqueda de nuevas formas de convivencia – nuevas para los herederos del siglo XIX liberal-, la búsqueda de nuevas claves para enriquecer la cultura común humana nos vienen dadas por esa multitud de pueblos que revelan otras formas de ver el cosmos que, por lo menos, no amenazan con destruirlo por las más disímbolas vías.

Deche bitoope. El dorso del cangrejo fue editado por Almadía, con diseño de Alejandro Magallanes e ilustraciones del Doctor Lacra. Su autora, Natalia Toledo, nos ofrece otra forma de ver el mundo, también en español.

© All rights reserved Marco Antonio Cerdio Roussell

Marco Antonio Cerdio Roussell. Escritor y profesor universitario. Radica en Puebla, México. marco.viajero@gmail.com

twitter: @Marco_Cerdio

Felicidades a la niña Toledo y porras al exacto equilibrante platónico-dionisiaco Cerdio.

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