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Febrero 2016

LAS VIDAS DEL GATO. Autor Pedro Monge Ráfuls. Dirección Yvonne López Arenal.

las vidas del gato

 

La esperanza, sí es lo último que muere  

 

Autor. Pedro Monge Ráfuls. Dirección: Yvonne López Arenal. Elenco: Miriam Bermúdez,  Christian Ocón y Erom Jimmy Cuesta. Akuara Teatro SW 75th Ave, Miami 33155 . Tel. 786-853-1283

Fotos: Julio de la Nuez,  Yvonne López Arenal, Miriam Bermúdez,  Christian Ocón y Erom Jimmy Cuesta (Archivos personales) . (Cortesías).

el gato escenografia

Una mujer, desalineada en su apariencia, deambula nerviosa de un lado al otro de un casa llamando a la mascota de la familia… “!Bebo dónde estás?… dónde estás Bebo!”, grita y replica el personaje mientras hace sus menesteres del hogar. Ella es Adalina, Miriam Bermúdez (Bodas de Sangre, La noche de Eva, Strip Póker… entre otras).

De inmediato aparece el marido, quien interactúa con ella. Hombre maduro, robusto, vestido con descuido, atrapado entre el ron y la mala recepción de un viejo aparato de sonido que busca la señal de Radio Martí. Él es Marcos, interpretado por el nicaragüense Christian Ocón (El día que me quieras, Huevos, Contigo pan y cebolla, El cangrejito y la paloma y “Strip Póker” éstas últimas con Teatro Akuara).

Una larga introducción de música cubana de antaño; una escenografía y utilería de apariencia antigua que refleja la estancia-cocina de una casa pobre en Cuba lograda por Orestes Gaulhiac; un ambiente de hastío y pesadumbre gracias a la iluminación de Mario García Joya… nos ubica súbitamente dentro de esta fotografía teatral de colores pastel que es el escenario de la obra “Las vidas del gato”.

Lo paradójico de la noche del viernes 29 de enero de 2016, fueron las fallas en la iluminación. En un principio los asistentes pensamos que era parte de la obra, situada en “El Periodo Especial” a principios de los años noventa, para recordar los apagones de dieciséis horas diarias que sufrían miles de cubanos en la isla en esa época cuando la Unión Soviética deja de abastecer a la Cuba de hace 25 años. Pero no, las fallas en la iluminación de aquella noche no eran intencionadas, pero sí hicieron recordar la falta de luz y los bistecs de cáscara de toronja y otros recursos contra el hambre que, sus habitantes, vivieron en ese  periodo de la historia de su país. A pesar de ese desconcierto eléctrico del principio que la producción resolvió, el desempeño de los dos actores en el escenario se dio sin inmutarse.

el gato - primer acto gretel delgado

“Las vidas del gato” es una tragedia moderna, realista, que retrata a simple vista el drama de una familia cubana la cual sufre por las inesperadas desapariciones de su progenitor José Luis y del gato “Bebo”.  Sin embargo, el autor cubano Pedro Monge Ráfuls, radicado en Nueva York,  (Nadie se va del todo, Tula la magna , La otra historia, entre otras) va mas allá y nos entrega a lo largo de dos actos un profundo drama humano. Un triste ejemplo de lo que vivieron muchas familias latinas en las décadas de los 60, 70, 80 y 90’s que preferían guardar sus secretos dentro de las cuatro paredes del “hogar… dulce hogar” y reclamarlos sin perdón en una venganza mutua, pero guardando las apariencias “por el qué decir” de la sociedad en lugar de buscar soluciones a sus conflictos.

El primer acto trascurre entre los miedos y las invocaciones religiosas a San Judas Tadeo y la Virgen de la Caridad del Cobre de Adalina. Por la vida de su hijo el mayor y sus reclamos obsesivos. O por el alcoholismo que adquiere su marido. Por su parte, Marcos insiste compulsivamente en recordar el amor de su pareja, pero mezclándolo con el desamor de su mujer y las infidelidades de ella a lo largo de su matrimonio, en el cual, procrean cinco hijos.

Con gota de agua fría latente, la realidad político-social de la época y su incidencia en este hogar está siempre presente. Todo el tiempo hay miedo, reclamo, confusión de sentimientos, frustración y hastío.

Dos constantes se repiten: “¿Bebo dónde estás?… ¡Dónde estás Bebo!” por parte de ella y la afirmación pesimista de él sobre la vida: “Los gatos no aparecen cuando las cosas van mal”. Y vaya si las cosas van mal…pero muy mal en el “hogar” de Adalina y Marcos. Al grado que, la tensión se rompe  y ella termina echándolo de la casa cuando finaliza el primer acto.

En el segundo, y en medio del caos, aparece  Cheo (Erom Jimmy Cuesta. Director y actor en su trayectoria teatral por  Cuba, España y Estados Unidos. Debutante en Miami con este personaje) su hijo menor. Celoso por una parte, por no ser el hijo preferido de mamá. Y demandante, por otra, en búsqueda de la reconciliación de ambos y en defensa de su padre. Cheo, además, representa las fricciones familiares y políticas de la Cuba de aquel entonces, quién  también muestra la ruptura entre las generaciones y su adhesión o no, por conveniencia a una revolución y a una élite de gobierno decadente.

Se muestra, también, la verdad temida por la familia. La posibilidad de que José Luis, el hijo desaparecido, se haya ido en bote a Miami. Y sólo por instantes, la obra matiza alegría con la idea de que haya llegado a salvo.

el gato segundo acto 2

De repente, Las vidas del gato, vira dramáticamente y, como muchas historias repetitivas de miles de mujeres y hombres cubanos que se han echado a la mar en búsqueda de la libertad o mejores formas de vida, encontramos un final no esperado.

Y eso es lo que encierra la inmigración cubana y que no es ajena a esta obra y lo comenta la misma Yvonne López Arenal (La noche de Eva, Las Pericas, Yerma, Romeo y Julieta, Virginia o Flores no me pongan, Traficantes de pasiones, Gaviotas habaneras, Strip Póker…)El panorama no ha cambiado. Huir de Cuba es el pan nuestro de cada día. La gente sigue fugándose como los personajes que se presentan en esta obra”.

Yvonne López Arenal logra una buena dirección; con mesura, pero acertada. Logra de los tres actores lo mejor: talento, técnica y disciplina. Mención aparte merece la banda sonora de “Las vidas del gato”, realizada por la misma directora y donde sobresalen varios temas; sobretodo, “Pueblo mío”, interpretado por el grupo “Picadillo” y que, entre sus frases, reza: “El que no pudo escapar, se tragó su llanto”.

Con respecto al texto, una mínima observación crítica sería…el abuso de la palabra “coño” a lo largo de la obra. Termina siendo molesto. Se entiende que está marcado en el original y para un público cubano…es compresible y digerible. Pero no tanto para otro tipo de personas de otras nacionalidades. Dicha palabra tiene fuertes connotaciones y lo mismo ocurre con las constantes expresiones corporales de los tres personajes. El braceo y el manoteo resultan excesivos. Se entiende que es una forma popular de comunicación no verbal cubana plasmado en la obra, sin embargo, llega un momento que resulta cansada. Me imagino esa misma obra en escena, sin tantos excesos verbales y corporales, podría también ser una puesta muy válida.

En las actuaciones Miriam Bermúdez (Adalina) logra una interpretación sobresaliente. Esa mujer histérica, manipuladora, dominante, detestable e infiel. Christian Ocón por su parte hace un “Marcos” convincente. El actor demuestra sorprendentes registros histriónicos de borracho consumado que provoca lástima a un macho sobrio en primera instancia, sumiso y digno después. Exigiendo su propio espacio y tomando venganza del  engaño de su mujer con la advertencia de botarla: “Todo mundo sabe que José Luis no es mi hijo, pero lo amo con tal…”. Ese clímax se rompe con el regreso de Erom Jimmy Cuesta (Cheo), quien apoyado en sus compañeros actores logra un personaje nervioso, conmovedor y catártico, al que se le puede sacar mayor crecimiento.

el gato final

El dramático final que se reflejará en las caras de los tres personajes presos en su hábitat, se muestra a través de los barrotes de la ventana de esa casa pobre dibujada en el tiempo. Esa realidad cubana que sigue sin cambiar. Y esa misma que descubrí en esa fotografía teatral al comienzo de “Las vidas del gato”. La misma que quedó grabada en la mente de los espectadores que han visto esta obra con la esperanza que, algún día, esa caja de Pandora se abra para el bien de todo el pueblo cubano.

© All rights reserved Jorge Herrera-Monroy

Jorge Herrera1Jorge Herrera-Monroy Periodista, Blogger, Productor, presentador y locutor de TV/Radio. Nacido en Mérida, Yucatán,  México. Con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación en México, Estados Unidos, Chile y Guatemala. Egresado de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Anáhuac Norte, en la Ciudad de México. herreramonroy@hotmail.com

Gracias Jorge por captar...lo personal de la obra y los detalles que se suman en ella. Te felicito por tu colaboración con nosotros y por el apoyo que juntos -con otros críticos y aficionados/as- damos al teatro renaciente en esta ciudad. Abrazos.

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