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Abril 2019

A MEDIA SOMBRA Y OTROS POEMAS. Natalia Lara

A media sombra

I

Lejano me sumerjo en el pantano
porque la noche con su barba cubrió la casa
y me pierdo en la húmeda penumbra
próxima a los helechos.

 

II

El comienzo de una imagen palpable
donde rozo las manos y las piernas de los otros
áspero lino el de los calvarios
sin una lámpara que sostenga luz metal.

 

III

Oigo los pasos de piedra
gente deshojada que vació sus cabezas
y sacan los gorgojos ofrendados en el trigo
y persiguen los gusanos en la harina del maíz estancado…
la leche salada y podrida dispersa con su furor de años.

 

IV

Mórbidas veredas de bambúes y silencio
adonde viene una flor espesa
viola tricolor que se perpetúa
sin abrir una sola de sus llamas:
escaso es el oxígeno.

 

V

Se apaga el brillo de los meses
la multitud parte hacia una ventana con frutas
para cubrir de olores el rostro
reservarlos en las callejuelas del estómago
y encender los días sin que avance más el hambre.

 

VI

Yo, que habito una puerta sin hora clara
debajo de la húmeda penumbra
al lado de una casa cubierta de barbas
donde me persiguen con pasos de piedra
entre el amarillo de una espada que cae
retorno alucinado y salvaje
cual viola tricolor: a media sombra.

 

 

Poema XI

Por los arenales de tierra rojiza
lejos de la lumbre del río
el paraje con flores enterradas,
tiros de gracia en lo cóncavo del hombre.

He aquí el carbón que sobrepasa la noche
mendigos desaparecieron lentamente
pasos que engendraron peligrosos yuyos
extrañamente amarrados, uno al otro.

La ruta dentellada y angosta
apagado el pulso frente a una puerta inútil.
¿Qué pasará en las espaldas donde el mar desfallece,
encallada bruma silenciosa?

No hay luz que arrime un racimo de frutas
ni tulipanes que se abran en el cráneo:
en vano arrastrarás la apagada antorcha.

Escúchame.
En las huestes las panteras llevan despojadas sus pesadas manos
apenas un sorbo de dilatada nieve en lo desértico
y comenzará la huida.

Con el negro inenarrable del tiempo fugaz y melancólico
podrás anclarte en la blanda arena rojiza
(no habrá lugar donde el félido pueda esconder su hocico).

Más allá del relámpago y los despojos,
del día donde desahuciado sollozas,
de la espera que lleva a enterrar los ardores de las horas,

respira.

respira

respira.

 

 

 

Azotas tu garganta…

Azotas tu garganta
para no parir palabra
en el forjado humo…

Mayor te has hecho
bajo el polvo del futuro:
e…s….q…u…e…l…e…t…o………

.s…e…..m…..b…..r….a…..d….o

Atrás
los gases lacrimógenos
las rojas espadas
el tanque y el fuego

Si dormir en el lecho
de un desierto sin nombre
¿qué voz se escucharía?

Conduces hasta ti
retardando a la niebla
¡cuán larga es la hora del horno!

La retama florece
en un campo baldío…

Seguirás
total ausencia
d…e…v…o…r…a…d…a

Buscas a tu fantasma

…………………….en ti anida.

 

© All rights reserved Natalia Lara

Natalia Lara Escritora venezolana (1978). Reside en Puerto Ordaz, Bolívar. Formó parte del grupo literario El Círculo Impreciso (2011). Cursó talleres auspiciados por la Sala de Arte Sidor, a cargo del poeta guayanés Francisco Arévalo. Ha publicado sus escritos en diarios de circulación regional del estado Bolívar y en otros, tales como El Venezolano y El Periodiquito (Maracay, Aragua). Ha participado en diversas lecturas poéticas. Gracias a Néstor Rojas y Francisco Arévalo, al apoyo de Fundaletra y la Sala de Arte Sidor, realizó el Diplomado de Poesía Venezolana Siglo XX (2017). Forma parte de los autores del libro Exilios y otros desarraigos (2018).

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