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Octubre 2015

LAS OPOSICIONES DEL DOLOR. Lariza Fuentes López

I

Ningún mercado de risas

bendecirá este cansancio;

la timidez ante el arrepentimiento

que se somete a los labios.

Debo clavar el hueso en los pulmones,

advertir que el fruto del hambre

duele más que la soledad

de no tenerla.

 

La ciudad dormida,

el hielo en los guantes, ingenuo,

humedeciendo,

y el último banco alumbrado

que rememora la espera.

 

Debo dejar el abrigo en cualquier bar,

beber hasta acariciar las enormes miserias,

y ser el animal domesticado

que todos quieren rozar para luego dejarle

amarrado en la hedionda puerta.

 

Arrúllame, recuerdo, en todas las oxidadas voces

que llegan a mi sangre.

Soy otro hombre y he olvidado las nauseas

de contener a los muertos

sobre mis espaldas.

 

He atado la costumbre a la respiración

de ella, y me reconcilio con el hueso áspero

que pide su abrazo,

el roce de un cigarrillo cordial,

los pasos que me niegan.

 

Aún sigo intentando no ser el miedo en el cuerpo

que se dibuja en un precipicio, y el salto

sobre otra piel

que ignora el ruego.

 

 

II

Me tendrían que astillar los huesos

para saciar el ideal del deseo.

Cuando nieva, soy el cristal

de una generación

que vivifica el mito de sacrificar la lengua

y silenciar las manos que pretenden alcanzar

lo inadmisible.

 

El simulacro a la renuncia,

es lo que admiro y contengo

en un cristal de hielo

que se desvanece en mis manos

y cobija el valor de ceder.

 

He perdido la casa,

y el humilde pose en el portal

se hace cómplice de las confesiones.

He recreado todas las formas posibles

de aprender el ritual de la inquietud

y nada sosiega,

solo pasear mis manos por la nieve

y respetar su quietud,

su pensamiento blanco

que borra los caprichos del audaz orden

y me dirige exclusivamente

a su forma derretida en secreto.

 

Volteo el alma y miento

sobre el obrar de las fuerzas

que se aluden como el agua

resguardada en el pavimento.

El ideal de los huesos se evapora

en la rendija de todos los discursos

que procuramos amparar

para confesarnos puros.

 

© All rights reserved Lariz Fuentes López

 

Lariza Fuentes LopezLariza Fuentes López (Fomento, Sancti Spíritus, Cuba, 1973) Poeta y narradora. Licenciada en Letras por la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas y Especialista en Edición de Textos. Tiene publicado los poemarios Asesino de aves (2005) Editorial Sed de Belleza,  Livianos torsos (2007) por la Editorial Capiro y Sin mapas (2012) Ediciones Luminaria. Figura en las antologías: Queredlas cual las hacéis (2007) Editora Abril, Noche cálida en Santa Clara (2009) Editorial Capiro, Faz de tierra conocida  (antología de poesía villaclareña) (2010) Letras Cubanas, La Isla en versos: cien poetas cubanos (2011) Ediciones La Luz, Holguín, Catedral sumergida. Poesía cubana contemporánea escrita por mujeres (Letras Cubanas, La Habana, 2013). Poemas, artículos críticos e investigaciones aparecen en boletines y revistas tales como: Umbral, El cuervo (Puerto Rico), Ariel, Educación, Huellas, Islas. Actualmente se encuentra en proceso de edición su novela infanto-juvenil Aves de la memoria (Ediciones Obrador, Canadá).

larzfuentes@gmail.com

magnífico poema, de gran fuerza. muchas gracias
Para Lariza, que conozco desde tiempos universitarios, un amasijo de cálidos besos y brazos! Salud y a buena hora! Elder

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