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Septiembre 2013

COSAS QUE YA NO EXISTEN. Cristina Fernández Cubas. Editorial Lumen

Cosas que ya no existenUna mujer octogenaria me prestó un libro y un consejo: “Si lees Cosas que ya no existen no pensarás en nada. La frase la pronunció con la autoridad y sabiduría que le otorga una vida longeva.  

“No pensar en nada”. Repetí la frase con la esperanza de conseguir quedarme con la mente en blanco. Misión imposible. Mi cerebro era un burdel de pensamientos insanos.

Deposité el libro en la estantería de las novelas sin importancia. Cuatro días más tarde, en pleno ataque melancólico, decidí alterar el orden de mi biblioteca. A continuación, observé la portada de Cosas que ya no existen en la que aparecía una pareja bailando en la playa y una sirvienta sosteniendo un paraguas. Aquella imagen llamó mi atención; el paraguas, no cubría a los danzantes.

¿Quién es Cristina Fernández Cubas?

No era una desconocida para mí. Y había leído las excelentes críticas de su último libro La puerta entreabierta que firmaba bajo el seudónimo de Fernanda Kubbs. No acostumbro a indagar la vida de los escritores antes de leer una obra,  pero hice una excepción con ella. La búsqueda, reveló a una autora prolífica que había publicado, hasta la fecha, cinco libros de relatos, tres novelas, una obra de teatro y un libro de memorias. En el año 2009, recibió el premio Ciudad de Barcelona por su obra Todos los cuentos. Su obra está traducida a diez idiomas.

Además de los datos biográficos y literarios averigüé  que es una mujer a la que le interesa la magia y los hechos sobrenaturales. Sin embargo, lo que más me impactó sobre este tema fue que había presenciado la imagen del diablo en plena plaza del Zócalo en la ciudad México D.F. Entenderán que, una información de estas características, afectase mi interés por los contenidos esotéricos inmersos, provocándome un deseo imperioso de leer este libro. Una también es un poquito brujita.

  La novela se inicia con un párrafo muy sugestivo de Bernard Shaw:

“Es absurdo pedirle al autor una explicación de su obra, ya que esa explicación bien puede ser lo que esa obra buscaba”

La dedicatoria merece una reflexión y les invito a que intenten descifrar el sentido de las palabras de Bernard Shaw en relación a los motivos de la creación artística  y la razón por la cual la autora decide elegir este texto.

Cristina Fernández incluye un breve prólogo al inicio, y nos revela la pista emocional y literaria que la condujo a escribir este libro:

  “Que mucho de lo que hablo no existe ya, o está en vías de extinción, que es casi lo mismo “ 

La novela está escrita con una gramática serena y fluida. Elegante. Un calificativo extraño para una obra literaria que define a la perfección el estilo narrativo de la autora.

Cristina Fernández Cubas escribe unas memorias fragmentadas en las que rescata recuerdos  e impresiones sobre su familia, historias de sus  viajes y estancias en Argentina, El Cairo, Lima, Guayaquil, encuentros singulares, películas…Un collage de su experiencia vital condensada en capítulos que no mantienen ningún orden cronológico, porque no es necesario: cada uno es una grata diapositiva animada que provoca en el lector el deseo de imitar a la autora y estirarse en una hamaca, con una copa de ron en la mano mientras conversas con tus amigos.

Ángels Martínez

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